Sensaciones

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Hermione se encontraba en su cama, cobijada bajo sus mantas como si con ellas pudiese defenderse de todo lo que estaba viviendo. La poción dejaría de hacer efecto en unas horas si todo salía tal lo previsto.
Se enfadó por enésima vez consigo misma por reponderle con esa efusividad a Tom...y todo por haber sentido los labios del rubio. Se sentía infinitamente estúpida por ello. Porque no había besado al rubio y todavía tenía la sensación en los labios de haberlo hecho.
Porque no le había disgustado en absoluto y porque a la vez a quien estaba besando él realmente era a Ashley.
¿Qué le pasaba? Ella no era así, no caía rendida a los pies del chico malo, jamás había sentido ningún tipo de atracción hacia el slytherin hasta.... ¿ahora?

Tiró de las mantas hasta taparse completamente con ellas en un vano intento por borrar aquellos pensamientos que se habían hecho dueños de su mente.
Pero un escalofrío le recorrió la columna petrificadola cuando sintió una caliente mano subir por su pierna. Dejó de respirar momentáneamente mientras aquél cosquilleo subía por su muslo. Sabía que estaba pasando, después de haber vivido por casi 24h la sensación, no le era demasiado difícil averiguar que Draco estaba con Ashley teniendo algo más que unos simples besos.

Se llevó una mano al sitio donde parecía que le habían arrojado agua hirviendo. Pasó la palma de la mano pero aquello no se amenizaba ni por asomo.

Frustada se levantó de la cama mientras daba vueltas en la habitación sopesando la idea de mandar a la mierda al rubio en cuanto lo viese.
Empezaba a sentir un calor poco saludable recorrer su cuerpo y volvió a sentirse petrificada cuando una mano invisible subía por su pierna hasta su cintura, pasando por su abdomen y acabando en su trasero.
Resopló bastante agotada con la situación, esperaba con todas sus ansias que la pareja feliz no llegase a la fase final o ella misma moriría allí mismo.

Cuando escuchó unos golpes en la habitación contigua supo que allí se hallaban. Reprimió un instinto de aporrear la pared para intentar con ello que parasen lo que estuviesen haciendo. Pero no pudo hacerlo porque en ese preciso momento volvió a sentir los calientes labios de Draco contra los suyos.
Esta vez con mayor presión y fiereza.

La sensación era jodidamente excitante y frustante casi a partes iguales.

Se dejó caer en el suelo cuando sintió la mano del chico recorrer el interior de sus muslos. Cerró los ojos e intentó hundir las uñas en el frío suelo, rezando a Merlín que las sensaciones no pudiesen acabar con su cordura.
A pesar de llevar un pijama considerablemente grueso ya que era invierno se sentía desnuda y sobretodo.... vulnerable.

Sabía que la pareja no iba a detenerse, sabía lo que vendría minutos después y eso hizo que todo su vello se erizase sin su permiso.
Arqueó la espalda en cuanto sintió un beso en su cuello, descendiendo por su pecho hasta recorrer su tripa, acabando en su zona mas íntima.
Se tapó la boca con las manos en cuanto un suspiro salió de ella.
Notar la lengua del chico en su bajo abdomen era más de lo que podía soportar.

Era lava ardiente lo que parecía que le habian derramado por todo el cuerpo, depositandolo en su baja zona. Se volvió a retorcer de placer cuando sintió la ávida lengua del slytherin hundirse en su zona mas íntima y vulnerable ante aquellas caricias prohibidas.

Intentó con sus fuerzas no emitir ningún ruído a pesar de sentirse en el borde del abismo.
La lengua del chico se movía rápidamente sobre el sexo de Ashley por el modo en el que Hermione se retorcía pegada aún a la pared.

Después de aquella tortura sopesaria la idea de matarlos a los dos.

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En la habitación contigua se encontraba la pareja de amantes sobre la cama de Malfoy, ambos desnudos y lujuriosos de placer almenos uno de ellos... Ella.
Estaba teniendo todo lo que había venido buscando del rubio desde hacía semanas.
Pasión, lujuria y frenesí eran las palabras para describir aquél tórrido encuentro.
Draco hundía la lengua con ansia sobre el sexo de la rubia.

Trabajando con la SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora