Aspen: Parte IV

2.6K 190 48
                                    

El día había empezado peor de lo que a Hermione le hubiese gustado.
El beso con el rubio le había quitado las ganas de comer y de pensar en algo más que no fuese el dichoso slytherin.
Para su suerte esa misma noche se iría con Michael a cenar.
Quería poner tierra de por medio con su enemigo y en vista de que aún quedaba una noche y un día entero en Aspen, pasarlo lejos de sus compañeros era una muy buena opción.

Cuando se despidió del muchacho y empezó a caminar rumbo a la sala se permitió el lujo de recordar esa extraña sensación que había sentido cuando vió a Malfoy parado mirándole junto a Michael.
Había algo en su mirada que jamás había visto.
Sus gestos junto a un rostro sério y estático le habían helado la sangre y aún la podía notar espesa bajo las venas.
Sabía que le ocurría algo con el rubio, algo serio y para nada pasajero, pero decidió que pensar en ello no le iba a traer buenas respuestas. A pesar de ya saber alguna de ellas.

Cuando llegó a la puerta principal rezó a Merlín no encontrase con él.
Su respiración se calmó cuando comprobó como Tom se hayaba a solas mientras leía un libro.

—Que soledad —empezó mientras se acercaba a la posición de su compañero.

—Hey Hermione —saludó cerrado el libro —sí, Draco ha ido a por el duplicado de su llave y Ashley está esquiando, creo.

Pensar que no le tendría durmiendo con ella nuevamente le calmó como si de un bálsamo se tratase.

—¿De verdad no te quieres venir esta noche con nosotros? —preguntó el chico —no será igual sin tí.

—No Tom —contestó con cierto hastío que no pasó desapercibido para el moreno.

—¿Puedo preguntar por qué?

Hermione pareció meditar las palabras que iba a pronunciar, no quería decirlo. No quería reconocerlo. No podía hacerlo...

—Me está pasando algo con.... —y decirlo le había dolido como si cada palabra hubiese estado impregnada de algo peligroso. No pudo decir su nombre, fue incapaz de pronunciar su apellido.

Tom pareció esbozar una media sonrisa al venir intuyendo lo que le ocurría a su compañera.

—¿Estás enamor...

—No —se apresuró a negar a la vez que su pulso se aceleraba a medida que Tom había formulando la gran temida pregunta.

—¿Entonces?

—No lo sé —dijo con hastío, y era verdad, porque ni ella misma conocía bien lo que le ocurría —nos besamos.

Tom volvió a sonreír débilmente mientras volvía a intuir que Hermione no le decía todo lo que verdaderamente sentía.

—¿Y por qué pareces arrepentida?

—Porque lo estoy —admitió mientras cerraba los ojos para sacarse las sensaciones que había experimentado.

—Hermione ¿puedo darte un consejo? —le dijo amablemente mientras ella asentía —no pienses tanto. Si así lo deseas déjate llevar.

—No puedo —dijo como si le hubiesen arrancado las palabras —nos odiamos, venimos de mundos diferentes y él....él jamás.... —no se atrevió a terminar la frase porque le había dado verdadero terror formular lo que se había posado por su mente.

—¿Él jamás... ? —le alentó el muchacho.

Respiró hondo y supo que a Tom podría decirselo. Era lo mas parecido a un amigo que tenía allí mismo.

—Él jamás se fijaría en alguien como yo. Él solo busca....

Y nuevamente no pudo acabar la frase, pero Tom parecía intuir a la perfección.

Trabajando con la SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora