[18] Natare

219 40 18
                                    

[18]

—¡Y yo le he dicho que si! —dijo la mamá de Annie y eso bastó para darse cuenta de lo que estaba pasando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Y yo le he dicho que si! —dijo la mamá de Annie y eso bastó para darse cuenta de lo que estaba pasando.

Natare que en ese momento se encontraba admirando la escena con emoción por Dixon, y que como todos los demás estaba viendo a una pareja feliz a punto de consolidar su felicidad, recordó que Annie estaba ahí. Su corazón atravesó un ritmo cardíaco acelerado.

Buscó a Annie con la mirada,  y estaba en un mar de gente con sus ojos puestos en él. Muy pálida, casi como un papel. Se asustó por ella, tenía muchos pensamientos encontrados al respecto.

Debía ser el peor momento de su vida, sin embargo a nadie parecía molestarle lo que acababa de pasar, ni si quiera a él.

Los invitados se levantaron de pronto de sus asientos y el miró en dirección de la atención de los demás. Dixon e Isabel besándose, justo era lo que faltaba para variar.

Trató de conseguir a Annie otra vez y no podía hallarla. Se movió entre la multitud para llegar hasta donde un momento estaba de pie, pero no la veía. Dio vueltas mirando en cada dirección y no la hallaba.

Con decisión fue a la entrada de baño de mujeres y preguntó a unas señoras si la habían visto entrar y la respuesta fue negativa. Así que se enfocó en buscar en lugares donde no hubiera tanta gente, presumiendo que Annie trataría de estar sola y justo así tuvo que salir del salón de la fiesta del hotel y miró hacía todas partes, cuando se asomó por las barandas que conectaban a una escalera apareció la figura de una chica cerca de la piscina, y al identificar el mismo traje que pudo ver llevaba Annie hace un momento, murmuró una maldición y bajó las escaleras tan rápido como podía llegar a nadar en ocasiones.

Aún así escuchó una zambullida antes de llegar a ella y se asustó más de la cuenta.

Corriendo fue a dar a la piscina a la vez que se sacó los zapatos de un tirón, se lanzó a la piscina de un salto y nado hasta tomar el cuerpo de Annie y sacarlo de ahí.

Ella estaba consciente al punto de a la superficie inspirar una gran bocanada de aire y tratando de salir del agarre de Natare algo sorprendida. Se dio vuelta, ya que él se encontraba a sus espaldas, y cuando lo miró se dejó de mover tan insistentemente.

Natare no podía ver con exactitud que expresión tenía porque la bombilla que los iluminaba desde un poste apenas le permitía. La sostuvo aún más junto a su cuerpo, haciendo un gran esfuerzo porque su vestido empapado la hacía más pesada y cuando se acercó a la escalera reconoció que Annie tenía su camisa apretada en un par de puños.

La ayudó a subir para después hacerlo él. Ella se había quedado quieta temblando no más tocar el suelo, y Natare que respiraba con dificultad estaba mirándola sin poder entender como había podido convertirse en una chica con una faceta diferente y a pesar de eso seguir siendo la misma persona. Sólo que él sabía claramente porqué. Nada más no era el hecho de que pensara que esta fiesta era para ella, sino que su madre acababa de comprometerse. Y él había escuchado bastante de cómo eso no era razón alguna para sentirse feliz.

ChapuzónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora