Tony, padeciendo el insomnio del que había estado haciendo gala durante los últimos meses, salió de su taller a las cuatro de la mañana en busca de un café bien calentito y cargado. Quizás añadiría una rosquilla a la lista, anotó al sentir rugir su estómago.
La torre estaba en completo silencio y lo único que iluminaba sus pasos eran las pequeñas bombillas led que tenía en los pasillos, a ras de suelo. La iluminación blanquecina era lo suficiente sutil para no molestar a nadie y se iba encendiendo a su paso.
Antes de llegar a la cocina pudo ver a lo lejos la luz encendida. Frunció el ceño, sorprendiéndose de que alguien además de él estuviera despierto en aquellas horas intempestivas. ¿Sería Steve? Ya J.A.R.V.I.S. le había comunicado en alguna ocasión que el capitán solía despertarse bien temprano para entrenar, tanto en el gimnasio como saliendo a correr en el exterior. Y el hecho de que no siguiera un horario fijo hacía sospechar a Tony que quizás él era tan insomne como él. No podía culparle. Después de ser convertido en capipaleta durante tantos años, a cualquiera se le destrozaba la rutina del sueño. Y la gente se quejaba del jetlag...
Entró silenciosamente en la habitación y se encontró de lleno con la conocida espalda de Steve. Incluso con esa anticuada ropa de pijama de algodón, era imposible no reconocer esos anchos hombros y las finas caderas que lo hacían parecer un picante dorito de edición coleccionista. Tony apretó los labios, contemplándole de arriba a abajo, sin darse cuenta. Si algo había que reconocerle a aquellos sosos pantalones de algodón a cuadros escoceses es que hacían resaltar su culo con delicia. Se veía duro y redondo, perfecto para besarlo y morderlo. Ante ese pensamiento, carraspeó, sabiendo que no era buena idea ir por ahí.
—¿Rogers? —lo llamó, sabiendo que había llamado su atención y que no podía dar marcha atrás—. ¿Qué haces aquí tan temprano?
Sin embargo, Steve no le respondió. Eso era raro, porque si algo estaba claro en Steve es que era la imagen perfecta de los buenos modales. Ni estando del peor humor del mundo le negaría la respuesta a alguien. Y mucho menos le seguiría dando la espalda, pensó Tony, ofendido.
—¿Rogers? —lo volvió a llamar, esperando que la simple persistencia hiciera que el soldado, cansado, se diera la vuelta o le dirigiera la palabra. El hecho de que siquiera totalmente imperturbable, tan silencioso e inmóvil como una estatua, comenzó a preocupar a Tony—. ¿Steve?
Caminó en torno a él, más ansioso de lo que a él mismo le gustaría admitir. ¿Y si, aún después de que las pruebas hubieran mostrado lo contrario, al final estar tanto tiempo congelado había afectado a Steve? ¿Y si le estaba ocurriendo algo...?
La pregunta murió en su mente cuando se paró frente a él y lo descubrió con los ojos cerrados y la respiración lenta y suave.
Estaba dormido.
Lunes, 29 de enero de 2018
¡Hola a todos, lindas flores!
Lo prometido es deuda. Aquí os traigo un poco de dulzura comprimida para compensar lo que os estoy haciendo sufrir con Only a Dream. Que seguiréis con el mal trago ahí, pero bueno, algo es algo jajajajajajaja.
Os informo que, ¡he lanzado un nuevo sorteo de San Valentín! El premio consiste en un oneshot de vuestra OTP así que estáis más que invitados a participar. Para hacerlo, solo tenéis que ir a alguna de mis redes sociales —Instagram, Twitter o Facebook— y comentar en la publicación del sorteo cuál sería vuestro deseo shipper de San Valentín <3.
Con eso y un bizcocho, ¡nos leemos pronto!
P.D.: ¿Os habéis dado cuenta de que he empezado a subir adelantos en las RRSS? 7u7...
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Sleepwalker
FanfictionEntró silenciosamente en la habitación y se encontró de lleno con la conocida espalda de Steve. Incluso con esa anticuada ropa de pijama de algodón, era imposible no reconocer esos anchos hombros y las finas caderas que lo hacían parecer un picante...