Tony se despertó en su cama. Hasta ahí, todo normal. Lo que no era tan normal era el calor que sentía junto a él. Quizás en su época más divertida, cuando aún vivía en Malibú, aquello no le habría resultado tan desconcertante. Despertar con una persona desconocida a su lado después de una noche de diversión era el pan de cada día. Pero desde que se había metido en todo el lío de ser vengador y vivir en Nueva York las cosas se habían vuelto muy distintas. Se frotó los ojos con fuerza, deseando alejarse de los residuos del sueño y comprender qué estaba sucediendo.
Poco a poco, sus ojos se ajustaron a la oscuridad de la habitación. Los cristales estaban al descubierto, mostrándole la noche clara desde su posición en la cama. La luna se mostraba clara y redonda en la distancia, llenando la estancia de una luz muy sutil.
Unos brazos apretaron el agarre que mantenían en torno a su cintura y se sobresaltó; recordó lo ocurrido horas antes, con duda.
—¿No lo soñe? —se preguntó a sí mismo, dubitativo, girando el cuello para poder ver el rostro de la persona a su espalda.
El cabello rubio fue lo único que registró su mirada. La luz de la luna le daba de lleno, haciéndolo parecer casi blanco. Estaba despeinado y le tapaba ligeramente la frente. En esa posición apenas podía ver mucho más, así que, con cuidado, se giró en la cama para quedar frente a él.
Con el cambio de posición, ambos quedaron más cerca de lo que Tony esperaba, pero prefirió no darle importancia. Se centró en la respiración pausada del hombre frente a él, haciéndole cosquillas en los labios al respirar por la boca y soplarle suavemente; y en la forma en que las pestañas rubias le rozaban suavemente la piel, haciendo sombras en sus mejillas ante la clara luz. Realmente era Steve Rogers, y estaba plácidamente dormido.
—No, definitivamente no lo soñé —susurró Tony, sorprendido.
Se quedó atontado observándolo y no se dio cuenta de ello hasta que apreció el cambio de luz. Alzó la vista, viendo cómo el color del cielo comenzaba a cambiar. Tony sabía que tenía que desembarazarse del abrazo del capitán antes de que despertara, había que evitar las preguntas y los pensamientos incómodos. Y no quería ni imaginarse la clase de caras que pondría Steve si se despertaba y los encontraba abrazados de aquella manera.
Intentó salirse lenta y gentilmente, pero su intención se fue al traste cuando Steve, al notar que se alejaba, tiró de él de vuelta, estrechando aún más el abrazo. Se encontró con la nariz de Steve rozando la suya, estando tan cerca que ya no era solo que su respiración le alcanzara, si no el calor de su aliento también.
Tony suspiró, resignado. Después de todo, era él quien había ido a su cama y quien lo estaba abrazando como si no hubiera un mañana, así que bien podía lidiar él con los pensamientos estúpidos.
Y como si fuera una respuesta a su resolución, finalmente amaneció y Steve abrió los ojos.
Lunes, 12 de febrero de 2018
¡Y despertó! 🎶🎵 Ahora bien, ¿se liará parda en esa habitación? Si supierais lo que maquina mi mente perversa... JAJAJAJAJAJAJA.
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Sleepwalker
Fiksi PenggemarEntró silenciosamente en la habitación y se encontró de lleno con la conocida espalda de Steve. Incluso con esa anticuada ropa de pijama de algodón, era imposible no reconocer esos anchos hombros y las finas caderas que lo hacían parecer un picante...