Una fina corriente
Que estallaba en la punta de mis dedos;
Ante el éxtasis de tu roce;
Ante la magia de tu mirar.
Era obvio, que caería rendido bajo tu sombra;
Bajo la profundidad infinita de tus ojos
Tan cercanos, como tan lejanos...
Ansié acariciarlos,
Con mis resecos labios
Desee amarte
Bajo el manto estrellado
Quise robarte
Tu corazón extrovertido
El que padeció sin saber
Que invadido había sido.