Yo, mujer, perra, hambruna, peste, mugre, que nada y todo siente
Anidada en mí hostil soledad
Apegada a dos tristes almas de las que nadie se quiere apiadar
Mujer, que a un hombre desconocido pertenece
Príncipe, hombre, sé antes humano
No me des a probar de tu mano
Déjame en tú corazón construir mi cama
Mi refugio
Mi esperanza
Pruébame tú, hombre, que existe humanidad en estos parajes
Usame, mancillame, pero antes ámame
No me dañes
Pido piedad
No me ates
Como humana quiero que me trates
Seré escoria
Pero tengo corazón
Un pedazo diminuto que aún late, bajito, apenas existente.
Abrázame un día, hoy no, mañana ya será tarde...
Bésame, acariciame...
No sé quién soy
Princesa...
Quizás a ese título me ate
De este modo olvidaré que no conservo ningún arte
Que apenas soy una mancha negra que no se apega a ninguna pintura.
No, mí nombre no pronuncies, no olvide que ahora soy tu princesa... No me maltrates.
Amor, siempre quise probar ese de ese dulce...
Pero no sé si sea capaz de retenerlo entre mis manos...