Alaris, ya no más

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Eres pecado, pero no te puedo olvidar
Tus manos aferradas permanecen a mí cuerpo
Quiero olvidar 
Quiero tú nombre de mí arrancar
No quiero volver a amar
Dicho sentimiento a mí no fue destinado
Mí corazón se niega a aceptar
¡Basta!
¡Estoy cansada de llorar!
No eres tú el que entra en la vivienda
No eres tú el que me ve llorar
Tampoco eres éste que me dice amar
Labios, ¡deteneos!
No caigaís en el engaño
No puedo parar
Son realmente sus labios los que en esta noche me poseen una vez más
Son sus brazos los que me rodean y me privan de respirar 
Son de sus labios de donde provenien las palabras "amar"
Es él quién me hace el amor
Es él que de mí prisión me arrancó
La soledad para atrás 
La tristeza con ella se va...
Anidada a su pecho duermo
Sueño
Despierto
Vivo
Brinco de felicidad
Calem, mí presente, mí futuro, el guerrero que a mí fue destinado.

Mis poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora