t r e c e

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Toqué el timbre de la mansión de Lombardo a eso de las 10 de la noche. La música se escuchaba como de tres cuadras antes, hoy me iba a romper todo. Mauro salió con una bata con estampado de leopardo, lentes de sol y una botella de cerveza en la mano.

—¡Qué onda wacho! —gritó mientras se hacia a un lado así yo podía entrar—. ¡Empieza la gira baby!

—Hoy nos hacemos pija perro —afirmé chocando puños.

El olor a alcohol y porro no tardó en llegar a mis fosas nasales, qué lindo. Sonreí mientras caminaba por la casa, hasta que llegué al living donde se encontraban Mks, Wolf, Dani, Wos, Dam, Ecko, Coscu, Monzon, Khea, Iacho, Trueno y Replik. Salude a todos con un choque de puños y me senté al lado de Martin.

—En un rato llegan las putas, ¡Oh yeah! —dijo Duki, haciendo que todos sonrían, igual que yo.

—¿Y Zoe? —preguntó Coscu.

—Emm... En su casa —hablé frío.

Mi amigo youtuber me miró y asintió con la cabeza, se dió cuenta que no estaban bien las cosas. Cambié de tema rápido, esta noche de lo último que quería hablar era de Zoe, me chupa un huevo.

Mauro había traído una mina para cada uno a la mansión, me sentía en el paraíso. Después de diez shots de vodka las ideas se me empezaron a desparramar, pero no dejaba de pensar en la pelotuda de Zoe.

—Hola lindo —me saludó una rubia sentándose a mi lado.

—¿Qué onda? —dije mirándola de arriba a abajo.

Ella no lo pensó dos veces y me tiró la boca. Comenzamos a chapar y luego de unos minutos ella se subió sobre mi. La manoseé entera y la rubia aprovechó para bajar su mano.

—Acá no —me separé de ella y la miré.

Asintió levemente y nos levantamos del sillón, dirigiéndolos a las escaleras. Abrí la puerta de la primera habitación y entramos desesperados, ella se sacó la remera rápidamente y me empujó a la cama para subirse sobre mi y comenzar a besarnos de nuevo. Desabroché su corpiño y ella hizo lo mismo con mi pantalón.

En un ágil movimiento la puse debajo mío y le saqué la pollera, seguido de su tanga. Se la estaba por meter hasta que me frenó poniendo una de sus manos en mi pecho.

—Ponete un forro —pidió agitada.

Asentí levemente y me estiré hasta la mesita de luz, me lo puse y comencé con las embestidas. La rubia gritaba de placer, ni siquiera me molesté en preguntar su nombre. Su uñas se clavaban en mi espalda y los gritos eran cada vez más fuertes, igual que mis embestidas.

Ambos llegamos al climax y salí de ella para recostarme a su lado. La rubia dio media vuelta en la cama y quedamos cara a cara. Olía igual a Zoe.

—Camila —dijo después de unos minutos de silencio.

—¿Qué?

—Me llamo Camila —aclaró sonriendo.

—Joaquín —respondí devolviéndole la sonrisa.

Me levanté de la cama y me vestí, Camila me miraba raro.

—¿Te vas? —preguntó con un poco de enojo en su voz.

—Eeh... Sí —respondí obvio—. Ya se deben estar por ir todos al boliche.

Terminé de cambiarme rápido y salí de la habitación, dejando sola a la rubia. "Sólo un polvo, como en los viejos tiempos" me repetía a mi mismo mientras bajaba las escaleras.

—¿Dónde estabas perro? —preguntó Ecko cuando entré al living. Él estaba chapando con una en el sillón.

—Arriba —respondí encogiéndome de hombros—. ¿Vamos al boliche o qué?

—¡Obvio wacho! en 15 salimos —gritó Monzon desde alguna parte de la casa.

Caminé a la barra de la mansión y empecé a tomarme todo lo que encontré, quería dejar de sentir ese olor a ella, quería dejar de pensar en ella.

[...]

Llegamos al boliche a eso de las dos y media de la madrugada, yo por mi parte había mezclado fernet, vodka, gancia y campari, estaba demasiado borracho.

Divisé a una morocha bailando en la pista y sin pensarlo dos veces me acerqué. Comencé a bailar detrás de ella, rozando mi miembro con su culo en algunas ocasiones.

—¡Seven Kayne! —exclamó la piba dándose media vuelta.

Asentí con una sonrisa triunfal y ella pasó sus brazos por arriba de mis hombros, puse mis manos en su cintura y la traje más cerca mío. Bailamos bastante pegados hasta que me acerqué y chapamos unos quince minutos, hasta que me aburrí y la dejé bailando sola.

Seguí dando vueltas por el boliche y se me tiraron 5 minas, que me comí con gusto. Definitivamente estaba volviendo a mi trono de chamuyero.

Caminé a la barra y pedí un fernet. Las cosas me empezaban a dar vueltas pero yo la estaba pasando muy bien, aunque había perdido a mis amigos. El estómago me empezó a doler así que fui rápido al baño, entré casi corriendo y me arrodillé en un inodoro. Estuve unos cinco minutos ahí hasta que alguien me agarró de atrás.

—Mira donde te vengo a encontrar, imbécil —dijo un chico al cuál le veía mucha cara conocida.

Lo miré desconcertado y alguien me empujó de atrás, y el mismo pibe que me habló me metió una piña y después otra, quiso darme una tercera pero la esquivé y le pegué yo. Dos pibes más comenzaron a pegarme y caí al piso, mientras me seguían pegando entre tres.

Empecé a perder el conocimiento y lo único que recuerdo antes de ver todo negro es que tuve un recuerdo de Zoe riéndose.

Yo también hubiera dado todo por quedarme con ella esa noche.

weno x si no lo entienden, lo último lo dice seven xd. Bueeeeno les está gustando la
novela hasta acá o quieren q cambie algo? mi inbox está abierto para sus quejas ahre. Si quieren aparecer en la novela solamente mandenme un mensajitou y yo las pongo bebas.

voteeeeen

guille💖

no goodbyes [sevenkayne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora