d i e c i s i e t e

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—¿Ya estás? —pregunté entrando a la habitación de Sofia.

Ella asintió mientras se terminaba de pintar los labios.

—¡Mami que linda qué estás! —exclamé pegándole una cachetada en el culo.

—Sos una tarada —contestó riéndose.

Iba a responderle pero mi celular empezó a sonar.

Llamada entrante: Khea el mejor❤️

—¡Ya bajamoooos!

—Apurense perritas —dijo mi amigo desde la otra línea.

Le corté de una y guardé mi celular en mi cartera. Sofia se terminó de peinar y salimos del departamento.

—Nada de llantos, hoy te quiero ver bien —habló mi amiga antes de llegar al auto de su novio.

—Si Sofi, hoy voy a ser la más mala de todas, no sabe con quién se está metiendo —contesté sonriendo maliciosamente, ella me imitó.

Abrimos las puertas del auto y los chicos no tardaron mucho en empezar a chiflar y decir pelotudeces, menos uno, Joaquín. No le di importancia a su presencia y lo saludé como si fuera uno más.

En el auto estaban: Duki manejando, Khea adelante con Sofia a upa, atrás estábamos Ecko en el medio, Lit conmigo a upa en una ventanilla y Joaquín en la otra mirando de reojo.

—Mami, ¿Comiste o te hago pollo? —bromeó Ecko mirándome las tetas.

Solté una carcajada y le pegué en la nuca por desubicado. La ida a la casa de los Mansilla se basó en jodas y piropos asquerosos hacia mi. Todos nos reíamos, menos Joaquín que me miraba mal.

Me acomodé arriba de Mauro y a propósito puse mi culo arriba de su miembro, y él pasó sus manos por mis caderas ya que no me estaba tocando. Joaquín estaba por explotar. Sonreí internamente orgullosa de mi misma.

—En la que te descuides, yo te hago pollo —susurró Lit en mi oído.

Me mordí el labio inferior y lo miré desafiante. Todos se iban riendo y cantando la música que sonaba en el estéreo.

—Flaco, no flashes —la voz de Joaquín inundó el auto de silencio.

—¿Qué? —preguntó Mauro confundido.

—No flashes con Zoe, ¿O no entendes? —Seven habló en un tono agresivo.

—Amigo, no —Khea lo frenó.

—Vos no flashes, Joaco —contestó Lit—. Si el otro día dijiste que no la querías.

Miré a Joaquín con rabia, y él me miró con cara de "puedo explicar eso". Mauro, Ecko y Sofia se quedaron duros, como si les diera miedo hablar.

—La verdad es que yo sabía que eras un pelotudo, pero no pensé que tanto —hablé enojada, mirando a Seven—. Mauro, frena por favor, yo me voy a la mierda.

—Zo...

—¡Frena!

Mi amigo cumplió con mi pedido y frenó el auto, me estaba por bajar hasta que me percaté de que Sofia me estaba por imitar, pero no la dejé.

—No, vos quedate —dije antes de que bajara—. Me tomo un taxi y te aviso cuando llego a casa.

—No, Zoe, me voy con vos —insistió.

—No, anda Sofi, no te voy a cagar la noche —hablé firme—. Me voy sola.

Bajé del auto y cerré la puerta, pero escuché de nuevo el mismo golpe. Me di vuelta lentamente rezando que no sea lo que yo creía que era, pero definitivamente lo era: Joaquín se había bajado del auto.

no goodbyes [sevenkayne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora