BAD BOY #1 © (COMPLETA)

Capitulo 3

⚠️ [Si estás releyendo la historia: borro cualquier tipo de spoiler que comenten. No está bueno que adelanten cosas para las personas nuevas]

La habitación era amplia. Tenía dos escritorios, algunos estantes vacíos en la pared, dos camas grandes junto a mesitas de luz, un baño y dos armarios. No sabía cuál de los dos armarios iba a ser el mío así que me acerqué al que estaba más cerca.

Después de mi pequeño encuentro con aquel chico, que lo apodé grosero, se marchó de la habitación.

Lo agradecí. A penas salió comencé a desempacar todo lo que traía dentro de la maleta. Suspiré cansada cuando la ropa quedó toda esparcida sobre la cama. La fui apilando de a poco para poder colocarla en el armario, coloqué unos cuantos libros y porta retratos sobre las estanterías y cuando terminé caí rendida sobre la cama. Desde donde me encontraba eché un vistazo a todo mi alrededor y observé todo con más detalle hasta que mi mirada cayó hacia el reloj colgado en la pared.

Mi estómago gruñó recordándome que no había comido nada desde esta mañana. Busqué algo de ropa cómoda y me vestí en el baño. No sea cosa que me esté cambiando y justo aparezca mi compañero de cuarto. Cuando terminé me miré en el enorme espejo que había allí y me recogí nuevamente el cabello agarrando algunos mechones que se habían soltado por el viento.

Atravesé el pasillo en el cuál estaban gran parte de las habitaciones y llegué a las escalera. Allí me topé con un grupo de chicas y chicos que mientras yo bajaba ellos subían. Reían y coqueteaban entre ellos.

El resto de la tarde me la pasé recorriendo todo el internado. Habían tantos lugares que era fácil perderse. Después de tanto recorrido ya había oscurecido. Cuando localicé el comedor me apresuré hacia la puerta. Eran demasiadas personas intentando ingresar. Cuando pude ingresar algunos se detuvieron por un momento, dándome una mirada rápida.

Levanté la cabeza, algo confundida cuando vi a mi compañero de habitación sacar de la fila a un chico que llevaba gafas. Ocupó su lugar de la fila quitándole la bandeja de comida que le habían entregado hace a penas un instante. Sólo estábamos en la fila el chico de gafas y yo pero aun así no tenía por qué ocupar su lugar. Confundida miré al chico de gafas que ni si quiera le protestó. Sólo dejó que se marchase con su bandeja e hizo nuevamente la fila detrás de mi. Con el ceño fruncido me giré hacia él. La cocinera se había ido a reponer la comida así que estábamos sólo los dos.

-Oye ¿Qué haces? Estabas adelante de mí.

-Oh no te preocupes. Puedo esperar.- dijo con voz débil mientras se acomodaba mejor las gafas.

-¿Por qué no le dijiste nada a ese chico?

-¿A Hunter?-Así que el chico grosero se llamaba Hunter. Bonito nombre. Sacudí mentalmente la cabeza y asentí.- Digas lo que le digas, no hace caso. No le importa lo que le digan y mucho menos le va a importar lo que yo le diga.