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El impacto de sus labios sobre los míos me tomó desprevenida.
-Maldita sea madison.- susurró y volvió a besarme para luego sonreír.- No tengo idea que somos pero me vuelves jodidamente loco.
Le devolví la sonrisa y pocos minutos después, oí nuevamente su voz pero esta vez demasiado cerca de mi oreja.
-¿Preciosa quieres ir a ver una película?- preguntó alejándose tras unos minutos de estar abrazados.
Su mirada fue hacia la ventana de la habitación e hice lo mismo.
Buen plan, el día estaba nublado y se prestaba para ver películas.
-Si, pero quiero elegir yo esta vez la película ¿sí?- dije a la vez que lo vi ir hacia el armario.
-Siempre elegís esas malditas películas de romance cursi.- Hunter rodó los ojos.
-Por supuesto y esta vez no será excepción.- sonreí y a pesar de que protestó, lo empujé juguetonamente por la espalda para salir de la habitación.
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-¿Falta mucho?- preguntó por décima vez desde que comenzó la película.
Y eso que solamente habían pasado unos veinte minutos.
Habíamos venido como la otra vez a la sala del internado dónde había un enorme televisor para ver películas .
-¡Hunter!- me giré hacia él tratando de evitar que me siga intentando distraer con sus caricias.
-¿Qué?- preguntó inocentemente.
Sin decir nada, me giré de nuevo hacia dónde se encontraba el televisor con la intención de ignorarlo pero eso provocó que de un momento a otro termine cayendo sobre su cuerpo.
Cuando terminó la película, dos horas después, Hunter se fue a quién sabe dónde y yo volví a la habitación para terminar con unos ejercicio de clase. Pero a los quince minutos me di por vencida así que ordené todo y salí de nuevo.
Por el pasillo me crucé a unos cuantos chicos que siempre hablaban con Hunter y otros que los conocía solo de vista porque eran los chicos que solían molestar a Luke.
¿Qué pasó con Luke?
Ni siquiera lo sabía.
De a poco se fue alejando sin ninguna razón concreta.
Estas últimas semanas se había distanciado y no entendía el por qué.
Solía verlo algunas veces desde lejos conversando con unos chicos con actitudes raras las cuáles él también las tenía.
Tenía actitudes nada parecidas a las del chico que conocí el primer día y eso me extrañaba.
Supuestamente al principio se alejaba y me hablaba poco por Hunter pero ahora no entendía qué le pasaba. A pesar de ello, tampoco iba a averiguarlo. Si quiere hablarme, que venga él.
Una vez que terminé de bajar las escaleras fui directamente hacia el comedor pero cuando ingresé, una masa de gente me invadió porque el lugar estaba repleto de estudiantes.
Hice la fila y esperé mi turno.
Echando un vistazo a todo el alrededor, localicé a hunter sentado con unos amigos en una mesa no muy lejos de donde me encontraba yo.
Cuando nuestros ojos se encontraron nos quedamos mirándonos durante un instante hasta que rompí el contacto visual.
No me gustaba que me mirara demasiado porque me ponía nerviosa y el muy maldito lo hacía a propósito.
Cuando llegó mi turno y me dieron la bandeja de comida, busqué con la mirada una mesa vacía.
En la búsqueda me topé de nuevo con Hunter que me seguía mirando. Pero esta vez estaba solo porque amigos se habían ido.
Debatiendo si ir a sentarme o no con él, me decidí que sí. Caminé con cuidado para que no se me cayera nada de la bandeja y cuando estaba a unos pocos pasos, casi vuela todo lo de la bandeja a la mierda. La pelirroja me había chocado con su hombro a propósito mientras pasaba a mi lado.
Rodé los ojos procurando no mandarla a la mierda y seguí mi camino hacia la mesa dónde se encontraba Hunter.
