Capitulo 35

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-¡Al frente!- la voz del nuevo profesor resonó por toda el aula

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-¡Al frente!- la voz del nuevo profesor resonó por toda el aula.- Resuelva los ejercicios que pedí para esta clase.- dijo mirándome.

Quedé perpleja. Era la primera vez, en este internado, que me llamaban a resolver ejercicios al frente. Frente a todos.

¿Se refería a todos los ejercicios?

¡Eran treinta!

¡Está loco este hombre!

-¿Eres sorda, señorita?- replicó mirándome.

Lo miré mal.

-¡Ahora, Madison!

-No le grites.- dijo Hunter seriamente. Declarandole la guerra con la mirada.

-¿Tu nombre?.- le preguntó el profesor fastidiado.

-¿Y el tuyo?- retrucó Hunter.

Sonreí ante su respuesta.

No hubo tiempo para que el profesor le responda. La puerta se abrió y por allí apareció Connor.

-Llegas tarde.- protestó.

-No encontraba la clase, papá.-susurró solo para él pero aún así lo oí.

Una de las reglas del internado era que el profesor no debía tener ningún vinculo familiar con los alumnos.

Fruncí el ceño.

¿Cómo era posible que lo dejen asistir a las clases?

-Ya que estas parado, ve a secretaria y busca la lista de los nombres. Todavía no pude tomar asistencia.- suspiró acomodando su maletín sobre el escritorio.

Me estremecí.

Si no tenia la lista, ¿Por qué sabía mi nombre?

Si no tenia la lista, ¿Por qué sabía mi nombre?

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Las siguientes clases fueron de lo peor.

Casi siempre me llamaba para resolver los ejercicios y cuando los resolvía mal me daba la sensación de que se burlaba.

Que lo hacía a propósito.

Y eso me molestaba.

Los golpes en la puerta me despabilaron. Me levanté y me puse de pie delante del espejo para arreglarme un poco el cabello. Cuando abrí la puerta me encontré con una de las secretarias del internado. Su rostro mostraba señales de nerviosismo. O eso me pareció al verla. No pude leerle el rostro.

-Buenas tardes. Tienes una llamada urgente.- me informó.

-Oh claro. Ya voy. ¡Gracias!

Se limitó a asentir y se marchó.

Me puse las zapatillas y salí de la habitación. El pasillo estaba casi vacío. Solo estaban algunos policías custodiando.

-Hola.- dije una ves aún apoyé el teléfono en mi oreja.

-¿Hablo con la señorita Madison Collins?

-Así es.- respondí jugueteando con mis manos.

-Tu abuela no se encuentra bien.

Mi respiración se atoró.

-¿Qué le sucede?

-Hace unas horas una de las enfermeras fue a despertarla de su siesta cotidiana pero no obtuvo respuesta. Pasaron varios minutos y reaccionó. Se encontraba muy débil.-dijo detenidamente.

-¿Ahora está bien?- pregunté preocupada.

-La llevaron al hospital pero se desmayó varias veces. No quiso que te avise para no preocuparte pero como establecimiento debemos mantener informados a los familiares.

-Oh. Está bien. Gracias por avisarme. ¿Cualquier cosa que pase puedes informármelo?

-Por supuesto señorita.

Después de esa llamada me quedé triste y preocupada.

Respiré hondo y subí las escaleras.

Cuando ingresé a la habitación Hunter me miró, bajó el volumen de la música y se acercó.-¿Estás bien?

Bajé la mirada hacia mis manos.-Mi abuela está mal.-susurré.

No pude retener las lágrimas y rompí en llanto.

No pude retener las lágrimas y rompí en llanto

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Es mi única familia

No quería perderla.

-¡Venga ya! No estés triste. Ya vas a ver que tu abuela se va a mejorar.-Hunter susurró dándome ánimos.

No respondí.

Simplemente me dejé caer entre sus brazos agradecida de tenerlo cerca.

BAD BOY #1 © (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora