Capítulo 34

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Vladimir caminó por los pasillos, hasta toparse con la puerta del laboratorio de Ítems y ciencias del Profesor Heimerdinger. La puerta estaba abierta, pero tocó el marco para avisar que estaba ahí.

El único que se encontraba en aquella sala era El venerable inventor, sobre su mesa, arreglando una de sus tan fastidiosas torretas hextech.

—Si ajusto esto aquí, tal vez las vuelvan más irritantes para usarlas en el carril superior —murmuraba el yordle inventor, sumido en la concentración que le daba trabajar con sus preciados inventos.

—Profesor Heimer... —llamó El segador carmesí, con el tono de voz un poco elevado.

—¿Eh? —Heimerdinger se dio la vuelta, y vio a su estudiante noxiano— ¡Vlad! ¡Pensé que no te vería hoy!

—¿Usted cree que me perdería su clase? —Vladimir se sentó en uno de los pupitres que se encontraba en primera fila, para así charlar con el yordle— ¿Está trabajando con sus inventos?

—Sí, es que no tuve tiempo por haber estado reparando las gafas de Maestro Yi, hace tan sólo unos días —explicó El venerable inventor, y al rato entraron el resto de los estudiantes al salón.

—Oye, Vlad, lo que hiciste fue increíble —exclamó Taliyah, al sentarse detrás de él, y Ekko a su lado.

"Ahora quieren hablar conmigo, ¿verdad?", pensó El segador carmesí, pero guardó silencio mientras La tejedora de piedra y El joven que fragmentó el tiempo continuaban hablando.

—Bueno, chicos, les pido que ahora me entreguen el... —la frase del Profesor Heimerdinger fue interrumpida por una luz azul que lo rodeó— ¡¿Es en serio?! —exclamó el yordle, no tenía más opción que aceptar ir a la batalla.

—¡Ahora libre! —se apresuró a exclamar Ziggs, sacando de su mochila dos bombas rojas.

—Ah, no piensen que se escaparan de mi tan fácilmente —sentenció El venerable inventor. Bajó de la mesa, y presionó un botón para sacar una televisión y unos cables—. Su tarea será ver la partida en donde estaré, y que tomen notas de las cosas que deben y no deben hacer, ¿me han comprendido?

—Sí, profesor —dijeron los jóvenes al unísono.

—Confío en ustedes —dicho aquello, el yordle científico loco desapareció junto con la luz, y al mismo tiempo la televisión se encendió:

La Grieta del Invocador, con vista del nexo azul. En la base aparecieron: Kindred, Xin Zhao, Talon, Irelia y Heimerdinger. Y en el equipo rojo: Lee Sin, Aatrox, Annie, Evelynn y Vayne.

—Esto se pondrá genial. —dijo Ekko, y deseó tener palomitas de maíz para comer en ese momento.

Vieron que cada uno siguió su línea: Irelia el carril superior, Talon el carril del medio, Xin Zhao la jungla, Kindred el carril inferior junto con Heimerdinger.

—No puede ser, ¡nuestro profesor está siendo un troll! —exclamó Taliyah, y se echó a reír. Sabía que El venerable inventor no era soporte, y mucho menos ADC, pero le estaba acompañando a Los cazadores eternos.

—Sólo debe comprarse ítems de campeón soporte, como Redención, y reducir la vida de sus enemigos para que le sea más sencillo al tirador matarlos —pensó Vladimir en voz alta, y La tejedora de piedra lo miró asombrada—. El papel fundamental de un soporte es que ayude y proteja a su ADC —continuó, y pensó en Aneshka, en sus habilidades, que la harían el Soporte/Mago perfecto. Si él pudiera, se cambiaría de rol para poder luchar a su lado en el carril inferior.

Continuaron viendo la partida, anotando las cosas que compraban los campeones para mejorar sus habilidades.

El que tenía más ventaja era Talon, quien ya había destruido por completo las tres torretas y el inhibidor. Kindred y Heimerdinger estaban haciéndole la vida imposible a Lee Sin y Vayne.

—¡Eres el peor soporte que he tenido! —exclamaba La cazadora nocturna a El monje ciego, mientras se escondía detrás de la torreta roja.

—¡Entonces deja de tirarte bajo su torre sólo porque quieres kills! ¡Así no funcionan las cosas, Vayne! —le contestaba Lee Sin, estando ya al borde de querer abandonar la partida por la estupidez de su compañera.

Pasaron un par de minutos más, y vieron que Talon se adentraba a la jungla del equipo rojo.

—De seguro quiere matar al Espino rojo —comentó Ekko, y anotó lo que estaba haciendo La sombra de la navaja.

—O-oh, debió poner un centinela antes de saltar, miren —Taliyah señaló la pantalla del televisor, y vieron cómo Talon estaba siendo perseguido por Annie, Lee Sin y Aatrox.

Al instante, vieron que la pantalla era invadida por los pedidos de auxilio de él. La única que estaba más cerca era Irelia, que hacía caso omiso a las banderitas azules que invadían el mapa.

Kindred y Heimerdinger, que en pocas palabras se encontraban demasiado lejos, comenzaron a correr hacia él; Xin Zhao huía de Evelynn para auxiliar a su compañero también.

HA MUERTO UN ALIADO —exclamó La voz de la Grieta. Y fueron testigos de cómo el cuerpo de Talon cayó al suelo de la jungla, completamente malherido.

—Ahora Irelia se acerca a matar a los que atacaron a Talon, para ganarse un Asesinato triple, qué típico —murmuró Vladimir, y continuó escribiendo en su cuaderno.

—Acertaste, chupasangre —dijo Ziggs, al apenas oír que los atacantes habían muerto a manos de La voluntad de las hojas.

—Chicos, una pregunta —dijo Taliyah, y al mismo tiempo agregó: —¿Cuánto es el máximo de minutos para revivir después de haber muerto en la Grieta?

—Un minuto, ¿por qué? —dijo El joven que fragmentó el tiempo, jugueteando con su lápiz de papel.

—... Hasta ahora, Talon aun no revivió. 

Sangre por doquier [League of Legends]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora