Capítulo 6

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No sabía si sus compañeros o profesores lo buscaban, pero no se atrevió a entrar al salón de cronología. Sus sienes continuaban sangrando, sus pantalones estaban llenos de sangre también, sus zapatos dejaban huellas carmesíes en el suelo.

El estómago le dolía, como si le estuviesen clavando cientos de agujas calientes y frías.

—Y tuvo que venir en este momento —murmuró Vladimir, con voz temblorosa y quebrada. Recordaba de manera borrosa el motivo que causó esos sangrados mensuales: Su maestro hemomante y él, atacando a un hombre viejo y a una jovencita en su plena adolescencia (tal vez de la misma edad de Vladimir, en ese entonces). Primero absorbieron la sangre de la joven, lo cual era dulce y fresca. El anciano resultó ser un hechicero, y lanzó un conjuro sobre el jovencito que acababa de matar a su hija; lo lanzó a tiempo, antes de que el maestro lo dejara seco, sin ninguna gota de sangre bajo la piel. Lo que sí recordaba bastante bien, era el fuerte dolor que apareció al día siguiente, junto a una hemorragia que le duró casi una semana entera... Y así fue cada mes, desde ese día.

Era el precio de absorber la sangre de los demás, perder la suya de esa forma tan degradante para él.

—Si ellos se enteraran, seré el verdadero hazmerreir de este lugar.

No podía irse a la enfermería en esas condiciones. Entonces, se dirigió al área de habitaciones de la Academia de la Guerra, porque recordaba haber visto un kit de primeros auxilios bajo su cama. Tenía miedo de encontrarse con alguno de sus compañeros, y lo vieran en tales condiciones; podría volverse charco, pero levantaría más sospechas.

Entró al cuarto y encendió la luz. Cerró la puerta tras sí de manera brusca, con la respiración intranquila. Se agachó cerca de la cama, estiró el brazo y a tientas encontró la caja de elementos de primeros auxilios. Lo dejó sobre la colcha del lecho, tenía que asearse antes de comenzar la curación.

El problema era que los baños estaban al final del pasillo...

Tenía que correr el riesgo, no había otra alternativa.


El agua de las duchas a esas horas era fría, pero eso era lo de menos. Vladimir, debajo de la regadera gris chirriante, contemplaba cómo el agua teñida de rojo desaparecía por el desagüe del suelo. Pasó una mano por entre sus piernas, y sacó más sangre, la zona del estómago aún le dolía mucho; como también la cabeza.

Cerró el grifo de la ducha, y se pasó la toalla por todo su cuerpo, cuidando no mancharla. Estar desnudo le provocaba una sensación incómoda, aun si no había nadie cerca, es que era exageradamente pálido y delgaducho.

Trató de agudizar sus oídos para averiguar si no había nadie cerca de ahí: No, no había alma alguna, la gran mayoría estarían en los salones de clase o en La Grieta del Invocador.

Afortunadamente, siempre tenía ropa de respaldo, por si la manchaba de sangre. Al estar duchándose, trató de quitar la sangre de su ropa, usando tanto sus manos como su habilidad de Transfusión.

Se envolvió la toalla alrededor de la cintura, y se sentó en una banca que se encontraba cerca de las duchas, ahí había dejado su ropa limpia y la caja de primeros auxilios. La abrió, y encontró diversas clases de elementos para usarlos en caso de golpes, cortaduras o desvanecimiento.

—No te preocupes, esto no te dolerá —se dijo Vladimir, para tranquilizarse. Abrió la botella de alcohol, y mojó un trozo de algodón. Por las dudas, se llevó un frasco de aspirinas a la boca. Luego, apoyó el trozo en su frente.

El ardor era insoportable, si no fuese por el frasco sus gritos hubiesen invadido todo el lugar en donde se encontraba.

—El coágulo se espesa. —murmuró El segador carmesí con voz debilitada, retirando el algodón húmedo de alcohol y sangre. Agarró el rollo de vendas, y empezó a envolver la parte superior de su cabeza con ello, hasta cubrir por completo su frente.

Suspiró entrecortadamente, y empezó a ponerse la ropa, tenía que volver a clases (por suerte, siempre guardaba toallitas higiénicas en su mochila).

Mientras los demás no supieran de su vergonzosa condición, todo estaría bien...

Sangre por doquier [League of Legends]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora