Capítulo 28 Libre...

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Perspectiva: John Wells


Hoy desperté adolorido, mi cuerpo era mucho mas pesado de lo normal, la bestia me tenia apresado entre sus garras, me sujetaba con fuerza y presionaba como a un muñequito.

Moverla fue imposible para mí, Violet dormía en su otra mano.

—Hey, necesito algo de espacio... —le dije esperando que despertara.

Tenia el sueño muy pesado, así que estuve ahí durante casi 2 horas esperando a que reaccionara, porque me había despertado, sabia que ya era de día, tenia muy bien contado el tiempo y sabía exactamente cuánto tiempo había pasado.

—Ya muévete —le dije otra vez

La bestia por fin despertó después de mucho tiempo...

—Ma... arca Demo... ni... aca —dijo mostrando sus filosos dientes.

—Si, ya lo sé, podrías sacarme de aquí, necesito regresar a mi casa.

—A donde... iras... —dijo con lentitud.

—Pues a mi casa, tengo que ir a curar mis heridas y las de la super cerdita... espera, acabas de hablarme...

—Si... su... idioma... es difícil... —dijo.

—¿Qué es esto?, se supone que no saben hablar —le dije.

—Puedo... hacerlo... ¿Quién... dijo... que... no?... —me pregunto.

—Escuchas eso voz de mierda estúpida.

—Oye, yo le pregunte a una pequeña beba, ¿qué esperabas?

—No volveré a escuchar tus estupideces —le respondí molesto—. Debo regresar a la superficie —le dije a la mujer simio.

—Es... imposible... —respondió—. He intentado... salir... durante años...

—¿Y ahora qué hacemos?...

—Tal ves pueda regresar por el hueco donde caímos.

—hueco... ¿no entraron... por la puerta?...

—No, caímos por una trampa en el techo...

—Muéstrame... quiero salir.

—¿Entonces nos ayudaras?

—Claro... eres... adorable...

Ella se levanto de un salto, como ya nos tenia en su mano me pregunto

—¿Hacia dónde?

—Debemos ir a un cuarto oscuro, la verdad no se donde estamos, pero si nos regresas a donde nos encontraste seguro podre saber a dónde caminar.

—Se donde... es el lugar que describes... —la simia está hablando mejor que antes.

Ella corrió a una velocidad increíble, parecía una moto de carreras, en unos minutos llegamos a la puerta gigante, ella parecía muy emocionada, nos llevaba entre sus garras y pegados a su pecho, podía sentir el latir de su corazón.

Seguro esta emocionada...

Ella paso el hueco que dejo la criatura que devoro anteriormente, todas las criaturas en el lugar corrían alteradas buscando donde esconderse, seguro le temen.

—Es este lugar...

—Si lo es, mira, hay arriba se ve una luz, la luz del amanecer.

Ella se emocionó muchísimo.

John Wells. Reencarnación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora