Capítulo 35 El lobo rojo.

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Perspectiva: Ena Wells

—Por fin, me volví loca —sabía que comer esos hongos de colores no era buena idea.

El lobo me miraba con rabia, su quijada se separó en 3, no era la boca normal de un lobo... parecía más bien como los pétalos de una flor... una flor carnívora, asquerosa y llena de dientes.

Escuchaba a lo lejos, la ciudad, había muchos gritos... sabía que algo andaba muy mal, este lobo no era el único, por los gritos y el sonido del metal sonando lml, podía darme cuenta que estas cosas atacaban el reino.

—escucha pequeña yo, tu maná es como una fuente, que se desborda, sin embargo, con mi ayuda, lograras dominar la magia completamente —me dijo la voz de antes, era una voz soñolienta, como de una mujer madura.

—silencio... John me conto que hay veces en las que una voz te habla al oído... él dijo que se llama el diablo y el angelito... —me decía para calmarme—. Él me dijo que a veces su diablito le decía "lánzale una piedra en la cabeza a ese niño" y su angelito le respondía "Que esperas maricon" —no sé porque me contó eso, ¿quién se supone que es el malo?...

—Cálmate Ena, yo soy tu... bueno, soy el poder que hay dentro de ti —dijo con felicidad.

—El poder... —mientras platicaba conmigo misma, el lobo me atacaba con furia, hice púas en el piso para que el lobo fuera empalado, pero el maldito salto a los árboles.

Esa cosa parecía burlarse de mí, Idrits y Alessia por fin reaccionaron, Idrits se acercó lo suficiente para recuperar su espada.

Ella volvió a atacar, corto sus articulaciones muy rápido, pero el maldito animal las volvía a regenerar, como hacemos para matar algo así, John se enfrentó a un orco, y dijo que hacía esto mismo.

"Si su cuerpo se regenera en una mala posición, quedara deforme"

Eso es, levante las manos, necesitaba hacer magia de tierra, el suelo se movió, grandes cantidades de piedras y rocas, se volvieron polvo, y reaccionaron a mi orden.

La tierra tomo la forma de mis manos, eran dos manos gigantes que apresaron al lobo, endurecí la tierra hasta convertirse en piedra nuevamente, el lobo quedo aplastado.

—Ena... ¿Qué fue eso? —me pregunto Idrits conmocionada, Alessia no podía creerlo.

—Ese fue todo mi poder —dije, me sentía agotada, jamás había tenido el agotamiento de maná, mi abuelita y mama me hablaron de eso, pero no me había pasado hasta ahora—. Gaste todo el maná que tenía.

—Jajaja, tu maná no se agotó, es el límite que tiene tu mente —respondió esa voz molesta.

Me senté un momento... jadeaba y me faltaba el aire, además me empezaba a doler la cabeza.

—Eso fue... increíble —dijo Alessia—. Maravilloso... nunca había visto magia de ese rango.

—Obviamente no —dijo la voz respondiendo—. Exclusivo de las brujas santas.

—¿Qué diablos dices? —pensé molesta... no soy una bruja santa...

—Jajaja, te lo explico luego... por ahora aun tienes trabajo.

—El reino está siendo atacado —dijo Idrits, al darse cuenta, había algo de humo dentro de las murallas.

El sol se estaba ocultando; volvimos corriendo, dentro había muchos guardias luchando.

—Las personas... se transforman en esas cosas —dijo Alessia.

Un niño, una mujer, y algunos hombres se transformaron frente a nosotros.

John Wells. Reencarnación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora