Capitulo 7 La maestra Sarly

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Perspectiva: Jim


Cuando llego la mañana, madre nos levanto muy temprano, ella se levanto muy fresca, se veía hermosa.

Incluso la abuela, por lo menos ya no olían mal.

Aunque todavía tengo que buscar la manera para no tener que cagar en una cubeta.

Bueno dejare eso para otro día.

Usando varios pedazos de trapo, le dije a mi madre que me hiciera algunas vendas para ambos brazos.

Las vendas se hicieron de una tela color azul marino...

Me sentí como un luchador de Muay Thai.

—Vámonos ya —dijo Ena, ella llevaba su túnica y se cubrió la cara con la capucha.

—Volveremos más tarde —grite antes de salir.

—Vayan con cuidado —dijo mi madre—. Hoy comeremos carne, así que no tarden.

Bajamos por el laberinto de casas y salimos en la plaza, según mis cálculos deberían ser más o menos las 9:30, llegaríamos a tiempo al gremio.

—Con el dinero que juntemos, comprare un libro —dijo Ena—. Aprenderé a leer y escribir.

—También me gustaría hacerlo —le dije.

Ambos caminamos alegremente, hasta ahora volví a pasar tiempo con Ena.

A pesar de ser temprano, muchos aventureros ya regresaban de cazar.

Uno de ellos traía consigo las orejas puntiagudas y verdes de algún Goblin, eran bastantes.

Al entrar vi a muchos aventureros en la recepción, algunos buscaban nuevas misiones en las pizarras.

—Hay mucha gente —dijo Ena—. Espero que haya lugar en el bar.

—John —dijo una vocecilla, me di la vuelta y vi a Alessia.

—Alessia, llegas temprano —dije y me acerque a darle la mano—. Ella es mi hermana Ena.

Mi hermana se acerco apresuradamente...

—Hola, mi nombre es Ena Wells —dijo Ena, parece orgullosa de llevar un apellido...

—Mucho gusto, yo soy Alessia Doggold Leowhite

Las dos estaban encapuchadas...

—Creo que lo mejor es que se conozcan cara a cara —dije quitándoles la capucha.

—Lo siento —se disculpo Alessia.

—No, es mi culpa —dijo Ena—. Olvide quitarme la capucha.

Ahora que lo pienso... Ena parece más una adulta, antes no me di cuenta, pero su forma de comportarse es como la de una mujer experimentada... no será que, ella también reencarno, lo averiguare después.

—Que tanto me miras —dijo Ena molesta.

—Nada, solo me preguntaba... ¿desde cuándo eres tan lista?

— ¿Qué?... —dijo Ena con sorpresa en su rostro.

—Olvídalo, son tonterías —dije, será mejor hablar en privado.

—Así que ya llegaron —dijo la Rubia, justo en ese momento se escucho la 2da campanada.

—La rubia es muy puntual —le dije a Ena

John Wells. Reencarnación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora