Al llegar la mañana guiados por Brooke, avanzamos hacia el reino Sorlack, el sendero de vuelta estaba lleno de carbón y troncos quemados...
—John, hiciste un desastre —me dijo Brooke—. El abuelo está furioso.
—Incluso yo tuve problemas niña —le respondió Amanda a mi hermanastra—. Envió un animal super raro, que pudo haberme asesinado.
—Ese animal se salió de control, supuse que pasaría algo así... pero no pensé que se convertiría en una amenaza tan importante.
—Eres idiota niño —dijo Amanda.
Por ahora, decidí quedarme callado, no podría decir nada en contra de ella, si la hidra se salió de control a esa magnitud, pudo haberse convertido en una amenaza aun pero que el mismo viejo.
Ellas parecían sorprendidas por mi silencio, es decir, realmente era mi culpa.
—Lamentablemente, ahora mismo te daré la razón —le respondí—. Aunque no te creas mucho, anciana.
—maldito enano malcriado.
—Bueno, esta vez si te pasaste —me dijo Brooke—. Espero que no sea tu costumbre causar problemas.
—La verdad es que yo soy el ser humano más inofensivo del mundo.
—Si claro —respondió Idrits riendo.
—¿Deberíamos comprar un carruaje? —se preguntaba Sarly—. Con el podríamos viajar largas distancias y no nos veríamos tan sospechosos.
—Nuestra velocidad es suficiente, podemos correr lo suficientemente rápido —le dije—. Además, en el bosque no hay carretera.
Tardamos algunos días hasta que finalmente volvimos a ver las grandes murallas del reino, los soldados estaban muy apurados en sus tareas, con mi magia alteré el aura de todos y gracias a Brooke logramos entrar fácilmente al reino.
—Síganme, iremos al territorio de mi familia —dijo ella rentando un carruaje. Ella era muy conocida, la gente en las calles la saludaba, mientras avanzábamos por el barrio mas pobre, pude ver a mi amigo Pirro, había sido atrapado por un guardia, lo llevaba arrestado —Mierda—. fue lo único que pude decir y salte del carruaje—. Sigan sin mí, hay un amigo que tiene problemas.
En ese momento el único que salto afuera del carruaje fue Abdu siguiéndome.
—Ve con cuidado John —me despidió Alessia, las demás chicas parecían enojadas por mis actos—. Te estaremos esperando.
Ella es muy linda... no puedo dejar de pensar eso.
Perspectiva: Abdu.
Ya era tiempo en que yo contara mi historia, nadie parece querer conocer mis batallas, o siquiera estarán interesados en mi vida, pero aun así lo contare.
Nací en un pueblo costero, donde podía ver el hermoso atardecer, crecí entre niños delgados y minúsculos, siempre me destaqué por mi fuerza y gran tamaño, siempre me ha gustado ayudar.
Aun así, la gente suele tenerme miedo.
A la edad de 15 años y con casi 2.13 metros de alto, siempre fui despreciado por las chicas, ellas simplemente nunca gustaron de mí.
El día de la muerte de mi abuelita, abandone mi pueblo natal y viaje hasta Sorlack, donde esperaba convertirme en aventurero y ganar mucho dinero.
ESTÁS LEYENDO
John Wells. Reencarnación.
FantasyUn escritor vive en solitario, muy apartado de la sociedad, hasta que una noche es asaltado por un grupo de jovenes que, bajo los efectos de la droga y el alcohol, lo asesinan. Su vecina, e incluso su gata mueren en el mismo edificio. Al salir de su...