Origen

2.5K 130 12
                                    

—Esto es todo —aparta la mano deliberadamente.

El desgaste de su chakra era extraño y la manipulación del mismo necesitaba más práctica, acostumbrarse a ello le llevaría tiempo. La ejecución de sus técnicas no eran perfectas y su cuerpo no se olvidaba de recordárselo.

Uno ya muy demacrado.

—Nagato...

—Estoy bien...

Es su respuesta a pesar de inhalar aire con esfuerzo y el sudor escurrir en la frente. Solo tenía ojos para el cuerpo inerte contra la pared incluso si sufría por ello.

«El fin de Hanzo él antes conocido como la "Gran Salamandra" será olvidado en poco tiempo»

Sin embargo no era suficiente.

Por lo pronto toma fuerzas para hablar.

—Con esto ha terminada la guerra que había en Amanagakure, un nuevo régimen será establecido, pronto —sentencia para voltear lentamente—. Un gran y primer paso de nosotros se ha establecido, pronto nuestro nombre será reconocido por todas las naciones y con ello nuestro objetivo —menciona cada palabra con seguridad.

No era un sueño, ni una falsa realidad, solo una declaración al mundo shinobi de lo que aguardaba y deparaba en un futuro con esa primera acción.

Su aldea era solo el inicio.

—Así será —afirma en monotonía—. Por lo pronto es necesario que reclutamos a nuevos miembros.

Miembros, solo existían ellos dos.
Nunca olvidaría las vidas sacrificadas por ese ese sueño ansiado de su antigua familia.

—Es verdad... Al final él tuvo razón.

—Nagato, no me fío de él, pero si es lo que crees —inicia a caminar—. Lo buscaré.

¿Y podría culparla? Razones validas sobraban que no serían borradas, remordimientos amargos nacieron desde alli y la confianza entre ambos, es lo único que aun se mantenía en pie en medio del caos.Varios cosas los ataban más allá de la lealtad.

Eran solo el y ella, su amiga de infancia y primer amor de su mejor amigo, aunque ahora un hombre les había abierto los ojos fue demasiado tarde.

—Espera —ordena con prontitud.

Ella se detiene al momento girando a verlo. Su rostro no delataba ninguna expresión, no más.

La vulnerabilidad fue aniquilada.

—¿Que pasa? —lo mira directamente esperando respuesta.

—Konohagakure, primero ve allí, es donde se encuentra.

Un punto más que provocaba dudar en aquel misterio hombre.

—Entiendo, entonces será mejor que me vaya inmediato —rota sobre sus talones empezando a correr.

Cruza la salida de la habitación llegando a los pasillos de la torre totalmente silenciosos. Podia percibir el olor que desprendia cada ninja, la sangre era fuerte y la humedad lo intensificaba en la nariz reinando el aroma de la muerte. Continuaba así sin detenerse, sin dar una mirada, sin recordar, ni importar el rostro e identidad que ha dejado de vivir y terminaron con sus propias manos.

La salida la recibía al final, aunque no había luz que le llamara a seguir más prisa y escapar de esa oscuridad.

«Esto no me agrada»enfila la mirada a su obligación.

Ese hombre nunca lo haría.

En cuento sale de la torre, ve como nubes negras se han asomado en el cielo volviéndose de azul a gris en segundos, el ambiente se mantiene fresco y húmedo, el viento sopla en el rostro trayendo el hedor de la muerte. Pronto del cielo agua inicia a caer por toda la aldea formando una cortina de lluvia sobre ella, nada parece que podría huir más de eso.

Yo AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora