Niebla Sangrienta

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—Ojisan, ¿Que fue lo que dijo?

—Lo que has oído, es momento de que tengas tu propia espada y no hay mejor lugar para escoger una.

«Este hombre...»no lograba entender.

No obstante, su expresión, los gestos corporales de su cuerpo y el temple de su voz delataban absoluta verdad.

—Seria bueno tener un recuerdo antes de que te marches —explica naturalmente sin apartar la vista del edificio.

Bajo el rostro detrás del flequillo, veo por un instante los pies sobre la hierba.

—¿Que le hace creer que me iré?

—¡Ja, ja, ja! —carcajea—. No solo soy un excelente espadachin. Desde que te ví, siempre lo supe, tu lugar no es aquí.

¿Eso tiene sentido acaso?

—Y no solo eso, alguna vez fui un exelente Anbu.

«... Anbu ...»taladra la palabra en mi cabeza admirando esa gran espalda a pocos metros de mi. «En verdad nunca creí que lo confesara él mismo»tenso las manos.

—Aunque hablando de secretos, me debería quitar el sombrero contigo —de reojo observa.

—Debo preguntar, ¿Que tanto es lo que sabe?

Vuelve la vista adelante—Lo suficiente para saber que no eres una niña cualquiera.

Un trémulo silencio se forma.

«Ya veo»inevitablemente curveo los labios.
.
.
«Promete que en un futuro pagaré tu muerte como las del resto»retiro el arma viendo el cuerpo tambalearse.

Sangre, sangre, sangre.

Desvió la estocada hecha bajo la desesperación, girar y realizar un corte tajante con la velocidad suficiente para acabar aquella vida en un parpadeo.

«Solo restan cuatro»figuro las otras presencias quienes han dado el último golpe a su contrincante y tomar aliento mientras observan el escenario creado.

Niebla y muerte se entremezclan.

Euforia, enojo, frustración se enlazan.

Solo uno de ustedes podra vivir y graduarse.

Sangre en las armas, sobre la ropa, bajo los pies.

¿Que significa vivir...?

—Tsk... —aferro la kunai en mano consciente del peso de la espada cada segundo transcurrido.

Corre—Tch... —la espada choca con mi kunai.

¿... Si en cualquier sencillamente puedes morir?

Uno, dos, tres, cuatro espadas atacan simultáneamente. Más sangre se esparce alrededor.

... Ahora en adelante tu vida estará siempre en riesgo por lo que no podrás cometer errores. Verás que tan maldito es el mundo en el que existimos por tus propios ojos.

Gira y enfrenta el rostro frente el mío, un rayo ilumina tras su espalda rompiendo el cielo en fragmentos.

El Rinnegan sostiene la mirada contra la mía y decir las siguientes palabras.

—Aquello que solo tú y tu doujutsu serán capaz de hacer.

Un impulso creciente, mis ojos de abren disipando las imágenes.

«Quien»mi mano toma el arma y apunta adelante.

—¿Una pesadilla?

«Haku»identifico la voz bajando el arma y lentamente acoplar mi visón alrededor.

Yo AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora