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EMMA
Gracias a la telepatía de Tom pudimos tener contacto con algunos infiltrados del consejo para poder esquivarlos, pero llevábamos un par de semanas huyendo y eso hace mella, dormíamos en el bosque, las reservas de comida se nos estaban agotando y no teníamos mucho dinero.
—¿Tom hacia dónde vamos? —le pregunté una noche bastante nerviosa.
—No lo sé, ellos me dan indicaciones, pero no se atreven a decirme dónde están por si nos capturan.
—Pero a ver si me aclaro, tú hablas con...? —Tom había intentado explicarme algo, pero había ciertas cosas que no me había dicho
—La resistencia, por un lado los infiltrados, que me avisan de por dónde nos buscan, y por otro un pequeño grupo de la resistencia que es con quién nos vamos a reunir —a veces parecía que mi compañero era de piedra
—Bien, vale... —le respondí
—¿Qué te pasa pasa Emma? —me pregunta con cara de preocupación.
—Que estoy aterrada Tom —le dije mientras me sentaba sujetándome las piernas para frenar el temblor que no podía evitar —no sé donde vamos, ni que vamos a hacer, si volveré a ver a mi abuela... —en ese momento me puse a llorar, Tom se acercó a mí y me abrazó.
—Se que todo es una locura, y me fastidia no poder darte más respuestas, pero piensa en la meta final, si todo sale bien, tendremos a nuestros padres y viviremos libres —bueno el pobre intentaba animarme, aunque no se le daba muy bien.
—Si todo sale bien.

Hijos de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora