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TOM
Estos dos días habían sido un pequeño respiro, a pesar de seguir de campamento no tenía esa presión de ser el responsable de lo que le pasará a Emma, además había encontrado a Tania, aunque me sentía un poco culpable por no hacerle caso cuando era yo quien la metió en este lío.
—Ey Tania ¿has visto a Emma?
—Por lo que sé lleva con Jace toda la tarde.
Algo me recorrió la espalda, no me gustaba este tipo.
—¿A qué viene esa cara? Venga vamos a bañarnos al río.
—Lo siento, pero no me apetece.
—¿En serio, me dejas colgada porque te han entrado celos?
—No digas tonterías, simplemente no me apetece y tengo cosas que hacer —respondí dándome la vuelta.
Estuve esperando hasta bien entrada la noche, para cuando la vi salir de la tienda de Jace parecía agotada.
—Hola Tom, cuanto tiempo sin hablar contigo. ¿Cómo estás? —me saludó, cansada pero alegre
—Bien, ¿que estáis planeando tu y el líder? —le pregunté con un poco de rabia.
—Nada, solo estaba practicando un poco de magia sencilla —dijo sin inmutarse por mí tono —si quieres mañana seguimos hablando, pero ahora estoy muy cansada, buenas noches.
Y se marchó dejándome ahí plantado, no sé lo que estaba pasando, pero si que algo me estaba ocultando.

Hijos de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora