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EMMA
Tras dos días en esa zona Jace me llamó a su tienda.
—¡Emma! Me alegro de verte, lamento no haber podido ser un mejor anfitrión, pero el deber no para.
—No pasa nada, así he tenido tiempo para aprender y practicar.
Y era verdad, ya que Tom pasaba todo el día con su amiga y yo no conocía a nadie más, gracias a eso había aprendido a mover objetos o hacer fuego.
—Eso está bien, pero te he llamado por otra cosa. Desde hace tiempo sospecho que tenemos un topo en el campamento, no sé quién es pero si que tengo a algún que otro candidato.
—¿Qué puedo hacer yo?
—Tu don, con la visión puedes ver el futuro y leer la mente, no te voy a pedir eso, ya que son niveles muy avanzados, pero si pudieras apreciar algún rasgo o imagen en sus cabezas sería genial.
—Dudo que pueda, pero lo intentaré, aún así, con todos los magos que hay aquí, porque yo?
—Solo los poderosos pueden hacer lo que tú, no es muy común y si aceptas un consejo no digas lo que puedes hacer, no a todo el mundo le gusta ese poder.
—No lo sabia —le respondí quedándome atónita, encima de bruja, hago cosas que no todo los magos pueden hacer, manda cojones.
—Si te parece bien esta tarde vamos a practicar, vas a intentar ver lo qué pienso—añadió —prometo que todo será bueno! Palabra de scout
—Me parece genial —respondí riéndome

Hijos de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora