Hijos de la magia

20

Este mes ha sido duro, me pasaba practicando desde bien pronto hasta la noche, teniendo que aprender todo desde 0, y todos eran muy comprensivos cuando algo me costaba, excepto mi padre, quién siempre pedía más, y seguía diciendo que la mejor opción es que me infiltrase, por culpa de eso mamá y el discutían siempre ya que ella no quería ponerme en tanto peligro, yo acabé llendo a casa de Jace y Alex con quién compartía habitación
—Oye Alex si alguna vez quieres que me marche para dormir con Matt solo dímelo —le dije una noche
—Tranquila, cómo va la cosa en casa?
—Todo igual
—Lo siento, aún no consigo comprender que tu padre se comporte así , se supone que todo esto es para garantizar nuestra seguridad y él solo quiere ponerte en peligro —me dijo con bastante enfado.
—Lo sé, supongo que lo hace por el bien de todos, y realmente si es así no puedo culparlo —le respondí, aunque intenté disimular me puse triste, sentía más amor por parte de mis amigos que de mi propio padre, aunque supongo que es normal ya que no había compartido nada con él.
—Bueno ya, hablemos de algo más alegra —intentó cambiar de tema mi amiga.
—Eso, cómo vas con Matt??
—¡Genial! Estamos muy felices juntos, incluso estamos haciendo planes para cuando acabe todo esto, pensamos ir a la misma universidad, aunque él ya había empezado la carrera y está en un tiempo "sabático".
—¡Que bonito! —le respondí con mucha alegría
—¿Y tú?, Porque ya sabes lo que dicen las malas lenguas de Tom
—Lo sé, y estoy harta, no siento nada romántico por el, es un amigo, como un hermano —le respondí un poco enfadada pero no con ella.
—La gente es muy mala Emma, pero yo sé de alguien que se alegraría mucho si oye lo que acabas de decir...
—Venga va dejémoslo, vamos a dormir que es muy tarde. Buenas noches Alex —apagamos la luz y dormimos un rato.
Cuando bajamos a desayunar los chicos ya estaban allí con unas ojeras enormes, me senté al lado de Jace y me dispuse a tomarme un café.
—Vaya parece que vosotros tampoco habéis dormido mucho —les dije
—Reunión urgente —me respondió Matt.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Alex preocupada —¿porqué no nos habéis avisado?
—Los ancianos se han puesto en contacto con nosotros —contestó Jace —será esta noche.
La taza se resbaló de mis manos y noté como perdía el color de la cara. Jace me pasó el brazo por los hombros abrazándome para intentar calmarme.
—Al menos acabará todo —conseguí articular —Jace por favor vamos a entrenar
—Deberías descansar
—No, prefiero estar ocupada.
Se fueron turnando para descansar y practicar conmigo durante todo el día.
A las 19:00 fui a comer algo y a prepararme.