Capítulo 1.

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Historia dedicada a DSkyMB

Disclaimer:
Los personajes de la siguiente Historia no me pertenecen, son propiedad exclusiva de Marvel Comics y Stan Lee, pero su trama es completamente mía. No autorizo la reproducción, ni la publicación de esta historia en otro sitio sin mi consentimiento, sea parcial o enteramente.

Capítulo 1.

Thor lo había llevado de regreso Asgard, luego de que esa estúpida bestia verde lo había dejado magullado y adolorido.

«¿Cómo pudo ser tan descuidado?», se reprochaba con una sonrisa mientras caminaba hacia el trono de Odín escoltado por su hermano. Ahora seguro que también tendría que escuchar los gritos del Padre de todo, lo castigaría como a un niño pequeño... Sonrió, él ya no era un niño y no le interesaban los castigos. Pondría su mejor cara de arrepentido y apelaría a la culpa de Odín. Después de todo la culpa sí era de Odín, por haberlo engañado, por utilizarlo y por despreciarlo y preferir a Thor cuando él todo lo que quería era ser su igual, merecedor del orgullo de su padre y de su amor... pero claro, él no era su hijo y un gigante de hielo, un monstruo como él no podría ser merecedor del amor de nadie, ni del orgullo, ni del trono. Si ni siquiera aquellos monstruos lo quisieron, lo dejaron abandonado para morir en el frío y la oscuridad. Y Padre de todo lo cobijó, pero lo que dolía realmente es que no fue por amor, ¡Fue por puro interés! La ira centelleó en sus ojos al recordarlo todo, justo cuando llegaba ante Odín, pero su madre al verlo no resistió correr hacia él y abrazarlo. Ella era la única merecedora de su respeto y cariño, así que se dejo abrazar por su madre, y muy bajo le susurró mientras se alejaba.

—Sólo lamento haberte preocupado a tí madre, pero debía hacer valer mi derecho natural de ser rey.
Miró a su alrededor, los Tres gurreros que lo veían con reproche, a Sif que lo miraba de forma arrogante y altanera, a su madre y a Thor presentes. Sonrió de forma torcida y se dispuso a esperar el sermón con aire aburrido cuando Odín hizo un ademán indicando a todos, menos a Thor, salir.

—Hijo... —empezó el Padre de todo dirigiéndose a él—.

—Yo no soy tu hijo, soy el monstruo ¿recuerdas?

—Sabes muy bien que no es así, y eres mi hijo porque yo te críe y amé como tal, y aún sigo haciéndolo.

—No llevo tu sangre, ¡sólo soy otra maldita reliquia que no necesitaste! —gritó fuera de sí por un impulso de ira y dolor renovado.

—No es la sangre lo que te convierte en parte de esta familia y lo sabes. ¡Has sido cruel e irresponsable, haciéndonos creer en tu muerte primero e intentando destruir a otro mundo luego!

—No planeaba destruirlo, sólo gobernarlo de manera decente. Ellos mismos se encargan de destruirlo con su estupidez e ignorancia.

—¡Tú no tienes derecho a decidir eso! ¡No tienes idea de lo que es gobernar, gobernar no es ser un tirano cruel al que sólo le importa su conveniencia y arrogancia, sometiendo a todos a su antojo!

—Oh, por supuesto. Tú como buen rey nunca has mentido, ni tomado lo que no es tuyo, ni velado por tus intereses, ni jamás has pasado por alto las decisiones ajenas... No me hagas reír Padre de todo. ¿Para que me trajiste de nuevo? ¿Quieres jugar a la familia feliz? Sólo quería un poco de tu amor y consideración, ¡Pero todo siempre fue para él! —señalaba a Thor— Pero ya no más, lo único que quise hacer es comportarme como un Dios benevolente para los humanos y gobernarlos, ser su rey como era mi derecho natural —Finalizó cruzándose de brazos con aire ofendido y determinado—.

—Tu único derecho era morir congelado y a solas en una roca fría, si yo no te hubiera traído ni siquiera estarías vivo. Reconozco mis errores y soy responsable por sus consecuencias, pero mi mayor deber y deseo ha sido siempre mantener la paz y la justicia en favor de todos los mundos, y siempre por ello he obrado. Te he traído de nuevo porque está es tu casa, somos tu familia, y porque tus actos han sido excesivos, crueles e incorrectos. Y como tu rey, pero sobre todo como TU PADRE puedo asegurarte que esta vez entenderás tu error y vas a aprender de el cueste lo que cueste. No puedo cambiar tu naturaleza engañosa, forma parte de tu esencia. Pero debes entender que has sobrepasado los límites y que es por tus actos por lo que los demás te juzgaran, no por tu origen ni poder.
Loki bufó ante las palabras de su padre, sin llegar a entender del todo el valor real de esas palabras. Finalmente sonrió de lado y habló.

—¿Y cómo planea el Padre de todo castigarme? Si vas a matarme, por piedad hazlo ya. No es que deteste nuestras charlas, simplemente... Las detesto.

El Dios del engaño y Lady Sif. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora