Capítulo 10.

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Disclaimer:

Los personajes de la siguiente Historia no me pertenecen, son propiedad exclusiva de Marvel Comics y Stan Lee, pero su trama es completamente mía. No autorizo la reproducción, ni la publicación de esta historia en otro sitio sin mi consentimiento, sea parcial o enteramente

Capítulo 10:

Se acercó e inclinó más, lentamente, a ella.

-No es tan bella como tú.- Dijo antes de posar brevemente sus labios sobre los de ella.

Sif sólo pudo atinar a abrir grandes sus ojos por la sorpresa.

~O~

«¿Eso realmente estaba sucediendo? ¿En verdad se había atrevido? ¡Maldito desgraciado! Si tan solo pudiera golpearlo…»
Sif estaba sorprendida, «¿En verdad se había atrevido? La sensación había sido tan…extraña.» Y a pesar de saber que él sólo lo hacía para humillarla, — como si no alcanzara con el vestido que la reina le había dado—  no podía mentir, ese beso había sido diferente a los que había experimentado. No es que hubiera recibido demasiados, pero en su adolescencia había intentado celar a Thor, lo cual obviamente no había funcionado a pesar de que hasta había besado a Fandral. Era muy ingenua en esa época.

Pero el beso de Loki había sido suave, muy por el contrario de lo que podría imaginarse de un ser como él. Su aliento era fresco y mentolado, más que eso, ya que en sus labios aún sentía esa sensación de frescura, una parecida a la que le dejaban los caramelos de menta que había probado en Midgard. No era un bruto, eso era claro, como también lo estaba que su única intención era enfurecerla. «No le daría el gusto.» Y fue así que, para sorpresa de algunos y horror de otros, ella lo tomó con su mano del cabello para unir por un momento, un breve momento, sus labios nuevamente, volviendo a asentir así el cosquilleo de la menta.

~o~

Thor creía estar alucinando. Un torbellino de sentimientos lo invadía en ese preciso momento.
Primero fue admirarse dela belleza de Jane. Después maravillarse de la de Sif, a la vez que un incómodo escozor en sus mejillas le indicaba que algo andaba mal con el verde de ese vestido. «¿Acaso no vestía ella siempre de rojo?» Y no supo si fue por lo extraño del color y la falta de costumbre o si algo lo incomodaba de la fiesta, porque realmente se sentía molesto.
Pero lo peor llego después, porque cuando por fin comenzaba a calmarse, ahí estaba su hermano parloteando cosas que deberían referirse a sentimientos totalmente desconocidos para el pelinegro: compromiso y amor. Y como ya era su costumbre en los últimos años, hizo justo lo indicado para sacarlo de quicio: besar a Sif.
Por un momento su sonrisa se amplió, ya que no se trataba de cualquier dama. Era Sif, una fuerte guerrera. Y aunque sentía el impulso de golpear a su hermano por atreverse a ofenderla, prefería ver como Lady Sif lo rechazaba y —muy seguramente — lo golpeaba hasta sangrarle la nariz. «Sería gracioso.»
Grande fue su decepción y sorpresa al atisbar como la pequeña, pero para nada inofensiva, mano de la guerrera tomaba a Loki de los cabellos, y cuando él ya en su mente veía a su hermano de espaldas al piso, ocurrió algo impensable, más bien indignante: ella también lo besaba.
«¡Pero no! Eso era imposible, escapaba a la coherencia de la vida, más aún, ¡A la coherencia de los nueve mundos! Y no se trata de celos.» Se dijo a sí mismo. Cuando el estruendo de sus puños cerrados golpeando la mesa sobresaltaron a todos los invitados. «Simplemente es indignante.», pensó.
Y sin saber bien cómo reaccionar frente a tan inesperada situación, sólo se le ocurrió decir.

—Es mejor que empecemos con el banquete, muchos deben de tener hambre.
Y suerte que Volstagg, que siempre tenía hambre lo apoyó.
—Estoy completamente de acuerdo.

Bien aquí les he dejado otro mini-cap. ¿qué opinan? No sabía si incluir lo que sintió Loki en ese beso. ¿Quieren saberlo?

El Dios del engaño y Lady Sif. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora