Razljubit (Flozmin)

-Capítulo 1-

Razljubit

"Sentimiento que tienes por alguien

que alguna vez amaste"

Capítulo 1

20 de junio de 2019

Una mano suave ascendía por su muslo, sintió su piel erizar a medida que la yema de sus dedos recorrían cada centímetro de su cuerpo; la brisa, la brisa suave y costera, el aroma a mar, el ruido de las olas que golpeaban contra las grandes piedras que se encontraban en la orilla. Una luz tenue proveniente de unas velas alumbraba el rostro de una mujer, al que solo se lograba apreciar el contorno, el resto de sus facciones estaban difusas, oscurecidas, de a poco, esa imagen comenzaba a hacerse borrosa, sólo notaba que se alejaba cada vez más, dejando un hilo de voz suave, una voz dulce y angelical que tarareaba una melodía, podía sentir su respiración, su perfume dulce y fresco dejaba en ella una sensación de armonía, familiar. La silueta borrosa comenzó a acercarse, el aroma a intensificarse, sintió el roce de su piel contra la de ella, su mano intentaba tocarla, sentirla, la aproximación era evidente, sus dedos cada vez estaban más cerca de aquella figura...

- ¡Mami, mami! ¡Te quedaste dormida! ¡Mamá! ¡Tenés que llevarme al jardín!

La voz chillona y aguda de su hijo hizo que se sobresaltara, interrumpiendo el sueño, ese sueño que se le presentaba repetidas veces y siempre se cortaba en el mismo momento, en el instante en el que su mano iba a tocar su piel, nunca llegaba a concretarse. Florencia se despertaba frustrada cada vez que sus sueños se suspendían, quedaban en la nada y eso la desesperaba, ya que necesitaba saber de quién se trataba la persona que ocupaba su mente todas las noches.

Seguía sin reaccionar, mirando al techo, el pequeño todavía sentado sobre su estómago, la miraba fijo, esperando una respuesta. Sus ojitos redondos y grandes de color miel la observaban en silencio.

- ¿Y? , mamá, ¿ya te despertaste?- su diminuta carita estaba totalmente encima de su mamá, su nariz tocaba la de ella.

- Si Ivo, ya me desperté mi amor- la morocha se refregaba sus ojos de manera intensa, seguido de esto, extendió sus brazos hacia el niño, quien respondió en un abrazo- agggghhh- hizo un gesto de nerviosismo, apretando sus dientes, a causa de la ternura que le daba el pequeño, todo despeinado y con sus ojos hinchados de tanto dormir.

Miró el reloj que estaba a su derecha sobre la mesa de luz, eran las nueve de la mañana, un gesto de hartazgo se asomó en su rostro, ya estaba cansada de quedarse dormida, era la segunda vez en la semana, pero esta se excedió en el tiempo, su hijo tenía que entrar al jardín a las ocho de la mañana, era muy tarde para llevarlo.

Pensó que tal vez no iba a ser tan malo que su hijo se quedara con ella, era su día libre del trabajo así que decidió que era un buen momento para pasar un tiempo a solas con su pequeño.

- No, ¿sabés qué?- el niño la miró extrañado- hoy vamos a hacer día de madre e hijo, ¿qué te parece?

- Ya es muy tarde, ¿no?- a pesar de su corta edad de cinco años, el pequeño era muy inteligente.

- Mmmm, si- Flor tapó su cara con ambas manos lanzando una carcajada- pero... ¿no te gusta la idea?

- ¡Sí! ¡Amo faltar al jardín!- el niño comenzó a dar saltos efusivos sobre el colchón generando que el delgado cuerpo de su mamá se elevara un poco.

- Bueno, bueno tranquilo conejito, no te me vayas a caer que me muero- Florencia extendía los brazos tratando de alcanzar a Ivo que no paraba de pegar saltos cada vez más altos- pero no te vayas a acostumbrar ehhh, ésta es la última vez, enserio.