20 de Marzo de 2009
Ya pasada una semana del inicio de clases, Jazmín pudo sentir comodidad, algo a lo que generalmente no estaba acostumbrada. Ella no se consideraba una persona muy sociable, cada vez que ingresaba a un lugar nuevo prefería permanecer en silencio, observar todo con detenimiento, eso era algo que la caracterizaba, ser muy observadora. Antes de entablar conversaciones con las personas, las observaba y analizaba. Si bien no le gustaba mucho hacer eso, porque varias veces notaba que "juzgaba" a las personas antes de conocerlas y le parecía fatal, le era inevitable hacerlo. Sin embargo, a veces también pensaba que lo que ella hacía al mirar detenidamente a los otros era "elegirlos", también sonaba despectivo, pero era la verdad, estaba tan acostumbrada a relacionarse con gente tóxica que prefería alejarse y relacionarse con personas que si valían la pena, formar relaciones importantes y duraderas, encontrar gente en la cual se pueda confiar, lo que para Jazmín siempre fue un trabajo muy difícil. Con el paso de los años, se había vuelto muy perceptiva, y a decir verdad, era muy complicado que se equivocase.
Durante los días transcurridos, Jaz se mantuvo alejada del resto de sus compañeros, obviamente que conversaba acerca de temas banales en los descansos que les daban entre una clase y la otra, pero no había llegado a abrirse con ninguna persona, le parecía muy rápido para hacerlo, además no se sentía preparada para hablar de ella ni mucho menos de escuchar la vida de otro. Siendo sincera con ella misma, no había gente interesante, entre los quince compañeros que tenía en total, casi ninguno se había acercado a ella a entablar algún tipo de conversación, y eso a ella le parecía fantástico ya que le evitaba el momento incómodo que, sin dudas, no estaba lista para sobrellevar. Las únicas personas que se acercaron a ella a charlar fueron Javier, o Javo como a él le gustaba que lo llamaran, y Flor, la única chica, además de ella. Jazmín la había estado observado durante toda la semana de clases, le parecía muy interesante, era ese tipo de chicas diferentes a las demás, era auténtica, desde su forma de vestir hasta su manera de hablar, atraía mucho su intelectualidad, se notaba que leía, además de que siempre la veía con un libro en la mano, la manera en la que se expresaba notaba la lectura que tenía encima. Era ese tipo de personas a quienes uno quiere conocer, hablar con ella y entenderla.
- "Vení que yo te ayudo".
Fueron las primeras palabras que la morocha le dijo desde que Jazmín le había devuelto su celular el primer día de clases.
Intentaba hacer un simple merengue, lo estaba padeciendo, no había forma de montar la clara de huevo y Jazmín comenzaba a estresarse, cuando a lo lejos Flor le hizo señas para que se acercara a su mesada. La forma en la que realizaba los diferentes movimientos con sus manos era sumamente delicada, se podía notar la vocación que tenía. A pesar de que a ella también le estaba costando, no se rendía, se notaba ser alguien con mucha paciencia, algo que a Jazmín no le sobraba para nada. Una vez que el merengue estaba formado, Florencia levantó su cabeza para encontrarse con la mirada de la pelirroja quien observaba detenidamente cada uno de los detalles que abarcaban su persona.
- Gracias Flor, al final lo terminaste haciendo vos sola, no hacía falta- Jaz se sentía un poco avergonzada de no haber podido hacer un mísero merengue, al terminar esta frase atinó a mirar hacia el suelo, llevando un mechón de su cabello naranja por detrás de la oreja.
- No pasa nada, cuando a mí no me salga algo, vos vas a poder ayudarme- sonrió.
- Lo dudo- la inseguridad de Jazmín era inmensa, siempre sentía que era menor que los demás, por más que intentara, no podía revertir esa forma de pensar.
- Yo estoy segura que si- seguido de esto, la palma de la mano de Flor inconscientemente se posó sobre el dorso de la de Jazmín, al darse cuenta de lo que estaba haciendo sacó su mano rápidamente como si fuese un acto reflejo.
YOU ARE READING
Razljubit (Flozmin)
FanfictionEl destino les jugó una mala pasada haciendo que se separen, pero una fuerza mayor hará que sus caminos vuelvan a cruzarse.