Razljubit (Flozmin)

-Capítulo 16-

16 de Septiembre de 2009

El clima primaveral ya comenzaba a sentirse y una brisa suave acariciaba la piel de Flor que se encontraba sobre la galería de su patio leyendo un libro mientras merendaba un jugo de naranja y cereales. El canto de los pajaritos en el atardecer eran una caricia a su alma, los rayitos de sol que comenzaban a descender incidían sobre sus ojos oscuros y le daban un brillo especial, los colores de aquella estación que se aproximaban eran los favoritos de la Estrella, le daban alegría y despertaban en ella la paz interior.

Faltaban dos días para que Jazmín cumpliera veinte años, y eso a Florencia comenzaba a desesperarla, no tenía idea de qué regalo hacerle ya que quería que sea algo especial, pero no tan cursi porque sabía que la pelirroja no era de ese tipo de personas. Miles de ideas le daban vueltas en su cabeza, pero ninguna le convencía del todo.

Su hermana menor, Carla, se hizo presente, llevaba en su mano un plato con cinco tostadas y una taza enorme de café con leche. En silencio se sentó al frente de Flor quien con espanto miraba la cantidad de comida que iba a ingerir aquella joven, sus ojos sorpresivos no dejaban de mirar aquel plato con las inmensas rebanadas de pan que colapsaban en queso y dulce.

- ¿Qué?- se limitó a decir Carla, quien ya tenía la mitad de una tostada adentro de su boca.

- No te vayas a quedar con hambre- rio la morocha, no podía creer la capacidad que su hermana tenía.

- Bueno boluda, estoy agonizando, dejame ser.

- Dos palabras que te definen- hizo seña con sus dedos para indicar los números- 1: Exagerada y 2: dramática- Flor burlaba a su hermana sin quitar la vista de las hojas de su libro.

Luego de eso, hubo un silencio, un vacío de palabras que era anormal entre las hermanas.

- Y a vos qué te pasa- Carla miraba fijo a su hermana mientras le daba un sorbo a su taza de café con leche- tenés una cara de cola impresionante- rió.

- Nada, no sé qué regalarle a Jaz para su cumpleaños y me tiene mal- se sinceró.

- Cualquier cosa que le regales va a encantarle, porque viene de vos Flor- sonrió estirando su mano para darle una caricia al dorso de la de su hermana mayor.

- Si, puede ser, pero de todas formas, quiero que sea algo especial y no se me ocurre nada.

El silencio regresó para quedarse unos minutos más.

Carla no sabía cómo ayudarla, sólo había visto a Jazmín un par de veces y no la conocía del todo como para tirarle alguna idea.

- Ya se te va a ocurrir algo, tranquila- sonrió compasiva.

La relación que Flor tenía con Carla era muy especial, además de hermanas eran mejores amigas, nunca había peleas entre ellas, siempre se apoyaba en todo y se cubrían frente a cualquier situación. Flor todos los días le agradecía por ser como era, ya que sin ella, no sabría qué hacer y su vida hubiese sido muy distinta y fea, solía decir.

El resto de sus hermanas eran más grandes que ellas dos, Lucía vivía sola en un departamento que su papá le había regalado y no la veía muy seguido. Virginia, vivía con papá, ya que su relación con Teresa era pésima y cuando estaban juntas la energía del lugar se tornaba muy densa. Y Miranda, la del medio, y la mujer más independiente que Flor conoció en su vida, se puso de novia con un compañero del colegio, Damián, y hasta el día de la fecha seguían juntos y vivían en una casita hermosa llena de armonía y felicidad.