12 de Marzo de 2009
La alarma del despertador no paraba de sonar, unos gritos lejanos provenían de la habitación contigua, la pelirroja se encontraba plácidamente dormida, no reaccionaba al ruido ensordecedor ni a los llamados de su madre, quien escuchaba la alarma y pedía por favor que la apagara para que pudiera seguir durmiendo. Automáticamente su mano salió por debajo de las sábanas y atinó a apagar el despertador tirándolo al suelo, el sonido molesto ya no se escuchaba, sin embargo Jazmín no reaccionaba. Pasaron alrededor de unos veinte minutos en los que no había indicios de despertar, de repente un movimiento brusco sacó a la colorada del sueño profundo en el que se encontraba, su madre había abierto la puerta y se abalanzó a ella para despertarla.
- ¡Jazmín!, hija dale, te quedaste dormida ¡Vas a llegar tarde!- las manos de su mamá realizaban palmadas suaves sobre su espalda con el objetivo de que reaccionara de una vez, el sueño de Jaz era muy pesado y le costaba mucho despertarse, por lo que siempre llegaba tarde a todos lados.
- Ya voy mamá, ya estoy despierta- dijo refregándose los ojos- ¿qué hora es?
- Ya van a ser las ocho de la mañana.
Los ojos de Jazmín se abrieron como platos al escuchar le horario, se levantó de la cama pegando un salto y empujando a su mamá bruscamente sin querer, agarró lo que primero tenía a mano, lo cual fue una camisa que estaba sobre la silla del escritorio de su habitación, unos jeans holgados un poco rotos en las rodillas y sus botitas all stars negras. Seguido de esto, se dirigió rápidamente al baño a lavarse los dientes y maquillarse un poco para simular su cara de dormida, al salir se encontró con su mamá quien tenía en sus manos una banana y una barrita de cereal, atinó a agarrar el intento de desayuno y salió corriendo por la puerta.
Era su primer día en la academia de cocina, desde pequeña, además del dibujo, a Jazmín le llamaba mucho la atención la gente que cocinaba, amaba ver a su mamá cocinar, quien a su vez, le enseñaba cosas sencillas a su hija, la cual aprendía y escuchaba todo con mucho entusiasmo. Cuando terminó el colegio, no sabía qué estudiar, no encontraba nada que le apasione, su papá siempre le decía que tome al dibujo como un pasatiempo, a lo que Jazmín al principio no se lo había tomado del todo bien, pero entendió a su padre, ya que tenía un poco de razón, para vivir siendo ilustradora se debía de tener mucha suerte, y ella no se caracterizaba por ser una chica muy afortunada. Antes de terminar las clases comenzó a investigar distintos tipos de carreras que le pudieran llegar a interesar pero nada le apasionaba, Jazmín tenía una idea en la cabeza la cual consistía en que ella no quería hacer nada por obligación, necesitaba encontrar algo que en verdad le gustara e imaginarse en un futuro trabajando de eso. Al principio solo se imaginaba dibujando, creando personajes e historias, no podía visualizarse haciendo otra cosa. Un día, en el que se encontraba totalmente desanimada, su madre le había insistido que averiguara sobre algún curso de cocina, ya que ella sabía que era algo que le gustaba desde pequeña y se divertía mucho haciéndolo. Al escuchar las palabras de su mamá, algo hizo que la motivara, por lo que decidió inscribirse en la academia de cocina más cercana para comenzar a estudiar licenciatura en gastronomía.
La parada de colectivo le quedaba a dos cuadras de su casa, al salir de ella, comenzó a correr con esperanzas de alcanzarlo a pesar de que ya habían pasado diez minutos de la hora estimada. Al llegar a la parada, obviamente pudo ver cómo el colectivo ya estaba doblando la esquina de la siguiente cuadra, si, lo había perdido- la puta madre, rezongó por lo bajo- el siguiente colectivo iba a tardar más de veinte minutos en pasar, por lo que tuvo que tomarse un taxi ya que iba a llegar demasiado tarde si se quedaba esperando al próximo ómnibus.
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Razljubit (Flozmin)
FanfictionEl destino les jugó una mala pasada haciendo que se separen, pero una fuerza mayor hará que sus caminos vuelvan a cruzarse.