-Capítulo 10-

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12 de Julio de 2019

Sobre la cama se encontraba el cuerpo de Florencia desplomado, inmerso en un sueño profundo, esos que uno tiene cuando está muy cansado. A su lado se encontraba Fidel, quien ya se había despertado y contemplaba la paz de su esposa, que aún no estaba enterada. Hacía frío, a través del vidrio de la ventana y las cortinas blancas de la habitación traspasaban los primeros rayitos de sol de la mañana que, de a poco, comenzaban a calentar las porciones de piel que se asomaban por fuera del acolchado. De repente, esa tranquilidad que inundaba toda la habitación fue irrumpida por la alarma del celular, que comenzó a sonar de forma muy repetitiva. En ese instante, la mano de Flor atinó a apagarla, tirando el teléfono al piso, lo cual, causó un susto enorme que hizo que la Estrella se incorpore repentinamente, quedando sentada sobre su cama, sin entender nada de lo que estaba pasando.

Fidel miraba todo con detenimiento, amaba la brutalidad que Flor manejaba en las mañanas, era muy cómico de ver, por lo que, inclinado sobre el respaldar de su cama, observaba fijamente a su mujer, con una leve sonrisa, y los ojos achinados de tanto dormir.

- ¿Qué me mirás así?- dijo Flor extrañada, aún con los párpados semi cerrados, y su pelo totalmente alborotado.

- Buen día amor mío- sonrió el hombre, ignorando la agresividad habitual de su esposa por las mañanas.

- Si... perdón, buen día mi amor- dijo la Estrella arrimandosé a su marido, depositándole un beso en la comisura de sus labios, prosiguió- ¿qué hora es?

- Las siete y media- dijo Fidel, quien le hacía caricias en su espalda- ¿vas a poder llevarme al aeropuerto?

- Obvio, mirá si no voy a ir a despedirte amor- sonrió- voy a despertar a Ivo así lo llevamos al jardín juntos y después nos vamos, ¿qué te parece?

- Me parece perfecto.

Seguido de esto, Florencia se levantó rápidamente de la cama, se puso sus pantuflas, su bata y salió por la puerta de su habitación.

Fidel era gerente de una empresa muy importante de relaciones internacionales, por lo que una vez al mes debía viajar hacia distintas partes del mundo para cerrar diversos tipos de negocios. Flor ya estaba acostumbrada a este modo de vida, a pesar de que se ausentaba bastante, era un padre y un marido muy presente, y eso era lo que más le importaba.

Hacía seis años que estaban juntos, se conocieron en una plaza, Flor se encontraba en una etapa bastante oscura, ya que el amor de su vida se había ido, por lo que se sentía bastante sola. Ese día, había sufrido un ataque de pánico y comenzó a tener tics involuntarios sin parar, decidió sentarse en un banco e intentar tranquilizarse. En ese momento, fue interceptada por Fidel, quien muy amablemente se acercó a ella para corroborar de que estuviera bien, ahí fue cuando todo empezó, desde ese día, nunca más volvieron a separarse.

Fidel era su sostén, la acompañaba y apoyaba en todo momento, era indispensable en su vida, por lo que ya no la podía imaginarla sin él.

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Allí estaba ella, entre las nubes, sentada en un asiento al lado de la pequeña ventanilla del avión. Nerviosa por la vuelta a Argentina después de tantos años y preocupada por el estado de salud de su madre, quien, desde que el padre de Jazmín había fallecido, cortó la relación con su hija. Estaba enojada con ella, ya que en el día del funeral de su marido, su única hija no estaba presente, y eso le rompió el corazón en mil pedazos.

La pelirroja intentó de mil maneras disculparse con su mamá, ella estaba tan enojada consigo misma como aquella mujer. No se perdonaba que por trabajo, no había podido ir al velorio de su papá, pero le fue inevitable.

Razljubit (Flozmin)Where stories live. Discover now