-Capitulo 8-

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10 de Junio de 2009

Con el transcurso de los meses, la relación entre Flor y Jazmín creció inmensurablemente, se confiaban todos sus secretos, ambas conocían todo de la otra, o casi todo.

En el curso de cocina les pedían todas las semanas hacer trabajos en grupo, por lo que ya se había hecho rutina juntarse después de clases a realizar las diferentes actividades que les asignaban para el día siguiente. La pasaban muy bien juntas, se había creado una fuerte amistad difícil de romper.

Sin embargo, el amor que Florencia sentía por Jazmín era más allá de una amistad, al verla, su estómago se retorcía, sus manos comenzaban a transpirar y su corazón a latir rápidamente, si, estaba enamorada. Con el pasar de los días, el sentimiento aumentada cada vez más y se le hacía muy difícil manejar sus impulsos. A pesar del gran amor que Flor le tenía a la pelirroja, intentaba contenerse, nunca antes había sentido nada así por nadie, las mariposas inundaban todo su cuerpo y se alojaban ahí para quedarse durante todo el día. Si bien se contaban todo, nunca tocaban el tema del amor, es decir, una que otra vez la conversación acerca de los novios de cada una había salido a la luz pero ambas negaban con la cabeza y la mirada gacha. Florencia sabía que Jazmín le decía la verdad acerca de nunca haber estado de novia, pero, a pesar de ello, no tenía información acerca de qué era lo que le gustaba. Muy seguido solía pensar que quizás se encontraba en una búsqueda y no se animaba a contarle a nadie, al igual que ella.

Todas las noches Flor se acostaba sobre su cama y comenzaba a reflexionar, imaginaba situaciones imposibles en su cabeza, cosas inalcanzables, soñaba con tenerla cerca y confesarle su amor, pero cuando esa imagen venía a su mente, temía, una ansiedad enorme abarcaba todo su cuerpo y empezaba a preocuparse. Su mayor miedo era que Jazmín, en algún momento de su vida, notara aquel enamoramiento casi obsesivo que había adquirido y que el lazo de amistad se rompiera, para siempre. Porque Jazmín había sido una de las pocas personas que mostraron interés en ella, una de las pocas personas que se preocupaba por lo que le pasaba y se esforzaba para hacerla sentir bien, por eso tenía miedo, miedo de perderla para siempre.

Cada día que pasaba, los sentimientos de Flor se volvían más inmanejables y le preocupaba mucho su impulsividad y lo que podía llegar a hacer.

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Era viernes al fin, ya se encontraban en el último módulo de la clase de ese día, no veían la hora de que al fin terminara aquella semana pesada y llena de exámenes estresantes. Sentadas una al lado de la otra, con su mirada fija hacia donde estaba el profesor, no emitían ningún tipo de movimiento, era obvio que su atención estaba fijada hacia cualquier otro lado que no sea la clase, estaban muy cansadas y ya nada les importaba. Nadie hablaba, sólo la voz del profesor se escuchaba, ninguno de los alumnos estaba atento, por lo que el hombre decidió dar por terminada la clase ya que estaba siendo totalmente inútil seguir hablando.

Al salir por la puerta de la academia, ambas comenzaron a caminar rumbo a la parada de colectivo, con un ritmo más lento de lo habitual, en silencio, como de costumbre. De repente, ese suspenso fue cortado por Jaz, quien comenzó a hablar, sacando a Florencia de la nube en la que estaba sumergida.

- Che, ¿te pinta ir al cine?, ayer se estrenó una película que tiene muy buenas críticas.

Al escuchar esa invitación, el corazón de Flor empezó a latir muy fuerte, no podía controlarse y un pequeño sonido salió involuntariamente por su boca. Su respiración comenzó a agitarse y de repente el paso de la Estrella desaceleró hasta quedarse parada sobre el cordón de la calle. A decir verdad se asustó por la reacción que tuvo su cuerpo ante la invitación de Jazmín. La pelirroja, al ver la alteración de su amiga se detuvo al lado de la misma y apoyó sus manos sobre los hombros de Flor, quedando enfrentada a ella.

Razljubit (Flozmin)Where stories live. Discover now