-Capitulo 7-

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"Y sí, tuve que abrazarla", se dijo a si misma Florencia a medida que observaba como el colectivo se alejaba. No lo pensó dos veces, la cercanía que sentía hacia aquella chica le hacía inevitable mantenerla alejada, algo en su ser generaba la necesidad de tenerla próxima a ella. La abrazó, así, sin más, quería saber qué se sentía tenerla cerca, pegada a su cuerpo, sentir su fuerza, su fragancia, sus brazos rodeando su torso, lo sentía como una necesidad. Aquella atracción que estaba experimentando era totalmente ajena a su persona, no sabía cómo reaccionar, sus emociones estaban completamente revolucionadas y todo se convertía en pequeños impulsos, no la dejaban pensar, actuaba sin atenerse a las consecuencias, pero no le importaba.

Aquella mañana, cuando su profesora solicitó el trabajo para el día siguiente, su amigo le dijo por lo bajo, "andá con ella, sé que te morís de ganas", si, era la verdad, así que no lo dudó ni un segundo. Agradeció haber sido tan impulsiva, quería conocerla y dudaba de que si ella no era la que daba la iniciativa, Jazmín no se acercaría a entablar una conversación nunca.

El ómnibus comenzó a alejarse a tal punto de perderse entre el tráfico, en ese momento deseó que no se hubiera ido, quería seguir charlando con ella, conocer todo sobre su vida, sus temores, lo que no la dejaba dormir por las noches, quería saber sus películas favoritas, ver alguna con ella, saber el motivo de sus pocos amigos, todo lo que rodeaba a esa chica le interesaba, y mucho.

Llegó a su casa, eran alrededor de las nueve de la noche, su mamá y su hermana recién llegaban, ambas se encontraban en la cocina preparando la cena. Flor se sentó en la mesa, junto con su celular, comprobaba si había recibido algún mensaje de Jazmín, necesitaba saber si había llegado sana y salva a su casa, aunque aún era muy pronto.

- Hola Florcita- dijo su mamá, quien se acercó a ella y le depositó un beso sobre su cabeza- ¿de dónde venís? Si se puede saber...

Desde que sus papás se habían separado, su mamá se convirtió en una persona muy relajada, dejaba que Flor hiciera lo que quisiera, siempre y cuando respete las pequeñas normas que ella le imponía, que por cierto, eran muy pocas. Era una mujer muy comprensiva y siempre estaba para escuchar a sus hijas, quienes confiaban plenamente en ella y le contaban todo lo que les pasaba, o casi todo.

- Fui a acompañar a Jazmín a la parada de colectivo- dijo seria, con la mirada aún fijada en la pantalla de su teléfono.

- Y Jazmín es...- su mamá estaba un poco desorientada, que ella recuerde, su hija nunca había mencionado a ninguna Jazmín, o eso creía recordar.

- La chica que le gusta má- interrumpió Carla quien se encontraba más alejada, sacando los platos para llevarlos hacia la mesa.

- Ay calláte estúpida- Florencia frunció el ceño, le molestaba que su hermana se metiera y haga esas acotaciones que no le hacían ninguna gracia- es una compañera, vino a hacer un trabajo que hay que entregar mañana en la academia- aclaró.

- Ahhh- su mamá un poco dudosa levantó la cabeza para encontrarse con la mirada de Carla, quien le asintió con la cabeza, su mamá sonrió, entendiendo todo. Florencia pudo percibir toda esa tensión, pero fingió hacer que no le importaba.

Terminada la cena, Florencia se dirigió a su habitación, luego de haberle dado las buenas noches a su hermana y a su mamá. Prosiguió a recostarse vestida sobre su cama, estaba muy cansada y necesitaba reposar su cuerpo antes de irse a bañar, no soportaba el silencio, por lo que se puso sus auriculares y comenzó a sonar la banda sonora de la película Amelie, la relajaba, era un escape de la realidad que creía necesario, disfrutaba de la música, de su compañía, sólo se limitaba a mirar el techo y contemplar la paz que las canciones le transmitían. De repente la melodía se detuvo generando la exaltación de Flor quien estaba en una especie de trance, al ver la pantalla de su celular pudo notar que en el identificador de llamadas aparecía el nombre de Jazmín, su corazón empezó a latir muy rápido y su respiración se agitó, no estaba acostumbrada a recibir llamadas de teléfono, por lo que una preocupación inmensa invadió su cuerpo, millones de idea vinieron a su mente antes de atender la llamada.

Razljubit (Flozmin)Where stories live. Discover now