10 de Julio de 2019
- Ey, Jazmín- Sol chasqueaba los dedos en frente de los ojos de su amiga, la pelirroja no reaccionaba en lo absoluto, su cara se asimilaba a una piedra, tiesa, sin emitir ningún tipo de emoción.
Sol era la mejor amiga de Jazmín, cuando ella apenas había llegado a Estados Unidos, hace casi siete años atrás, se encontraba totalmente sola. Una semana luego de haberse instalado en la inmensa ciudad que era Nueva York, Jazmín decidió que era buena idea salir a recorrer las calles antes de comenzar a trabajar, ya que luego le iba a ser imposible hacer en tiempo para conocer.
Ese día se dispuso a levantarse bien temprano, agarró su cámara de fotos, su abrigo, un poco de dinero, las llaves de su departamento y salió a pasear, sin rumbo. Observaba todo con detenimiento, disfrutaba de cada detalle que la rodeaba, sin horarios, esa mañana y el resto del día iba a ser dedicado pura y exclusivamente para explorar. Todo le parecía asombroso, parada en uno de los caminos del Central Park una emoción extraña inundó su cuerpo, sus ojos empezaron a derramar lágrimas sin cesar, de repente se sintió completamente sola, en una milésima de segundos el sentimiento de alegría que abordaba su cuerpo desapareció y una inmensa tristeza llegó para quedarse durante todo el día.
Extrañó, estaba arrepentida, en ese momento pensó que su elección no fue buena, el haberse alejado de todos, deseó tenerla a su lado, se odió por haberla dejado, se odió mucho.
No paraba de llorar, se sentó en un banco y permaneció ahí durante un tiempo, intentaba detener la catarata de lágrimas que desbordaba de sus ojos, pero no había caso. De repente, algo hizo que Jazmín saliera de su gran burbuja de depresión y entre nuevamente a la realidad, una chica delgada de tez blanquecina, con un cabello rubio que sobrepasaba sus orejas un flequillo bien corto pegado a su frente y unos ojos color miel la miraban con preocupación.
- ¿Estás bien?
Esas fueron las primeras palabras que hicieron que su fuerte amistad comenzara. A partir de ese día, ambas se hicieron inseparables, se entendían a la perfección, tanto lo era, que no necesitaban hablar para darse cuenta de lo que le pasaba a la otra.
Al sentir el chasquido de los dedos de Sol sobre sus ojos, Jazmín reaccionó al fin.
- Perdón, estaba pensando...- su mirada tenía un haz de tristeza, podía notarse en el brillo de sus ojos.
- ¿Otra vez estás pensando en ella? Sí, es eso- su amiga estaba segura de que se trataba de eso, no había dudas. En las últimas semanas Jazmín se encontraba apagada y nostálgica, no sabía por qué, después de tantos años separadas, el sentimiento de arrepentimiento había vuelto para quedarse- ¿Por qué no la llamás por teléfono para ver como está y dejas de torturarte?- Sol estaba cansada de darle consejos a su amiga y que esta no los siguiera, pero no perdía las esperanzas de que por una vez en su vida la terquedad desapareciera y le hiciera caso.
- ¿Vos me estás haciendo un chiste?- su tono de voz se elevó y sus ojos se fijaron en los de su amiga, quien no entendía la gravedad del asunto- claro, la llamo y le digo que la extraño y que nunca me tendría que haber ido, sí, eso voy a hacer- dijo con ironía.
- Sos una exagerada... no hace falta que le digas eso, pero si tenés tantas ganas de saber de ella, aunque sea mandale un mail, no sé, algo, así te saca un poco esa angustia, ¿Nunca supiste algo de ella?
- No puedo mandarle un mail, ella ya no se debe ni acordar de mí o peor, me debe odiar por lo que le hice y está perfecto que lo haga, hasta yo me odio por haberla perdido- lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas, de vez en cuando la melancolía invadía su cuerpo, a pesar de que los años pasaran, ese dolor permanecía.
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Razljubit (Flozmin)
FanfictionEl destino les jugó una mala pasada haciendo que se separen, pero una fuerza mayor hará que sus caminos vuelvan a cruzarse.