-Capítulo 15-

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14 de Julio de 2019

Amaneció sin ganas de nada aquella mañana, Jazmín se encontraba desplomada en aquel colchón tirado en el living del departamento de Iván y Marcos, su novio. Era un hogar muy pequeño, en donde sólo cabían dos personas, ya que constaba de una sola habitación, un baño, un living/comedor y una cocina diminuta. Jazmín antes de llegar a Nueva York le había insistido a Iván de que iba a irse a un hotel, pero su amigo, como siempre, no dejó que lo hiciera.

Cuando Jazmín dejó la casa de sus padres, en Capital, ellos inmediatamente decidieron venderla e irse a vivir a Quilmes. Su mamá, por alguna razón había sido internada en un hospital de Capital, por lo que, lógicamente, Jaz iba a alojarse cerca de donde ella estuviese.

Los ojos le pesaban a causa de haber llorado toda la noche, no logró conciliar el sueño desde que se acostó, luego de regresar de la casa de Flor. Su cabeza no dejaba de dar vueltas en aquella conversación que había tenido hacía unas horas atrás.

Por las ranuras de la ventana entraba una pequeña brisa casi imperceptible, una brisa fría, muy fría, llegaba a su rostro y la golpeaba al igual que una cachetada, aquel impacto hizo a Jazmín levantarse rápidamente a cerrarla de manera correcta. En el trascurso del camino desde el colchón hacia la ventana pudo notar que su celular vibraba y aparecía, en el identificador de llamadas, un número desconocido.

Intrigada, atendió el teléfono rápidamente. La llamaban del hospital en donde su mamá, estaba internada, avisándole que ya estaba autorizada para entrar a visitarla. El mismo día que llegó a Buenos Aires, lo primero que Jaz hizo, fue dirigirse al hospital donde le dijeron que su madre estaba en un estado muy crítico y no podía pasar a verla hasta no ser notificada de lo contrario. La pelirroja insistió en quedarse, pero Iván, casi a la fuerza, la llevó a su departamento para que pudiera descansar un poco luego del viaje.

Al cortar la llamada, se vistió con lo primero que encontró en su valija, unos jeans boyfriend, sus Convers blancas y un buzo de color negro con unas inscripciones en blanco. No desayunó nada, decidió que iba a comprarse algo en el camino hacia el sanatorio, seguido de eso, salió rápidamente del departamento, dejando sus típicas notas sobre la mesa, avisando que se iba a visitar a su mamá.

Llegó al hospital y, de a poco, comenzó a sentir nuevamente sus manos que estaban congeladas a causa del frío descomunal que hacía en aquella ciudad. No había casi nada de gente, todo era muy tranquilo y el aire que se respiraba en el lugar, si bien no era del todo ameno, porque bueno, era entendible que no lo fuera, no le transmitía una energía desagradable. Se dirigió directamente a la recepción para poder notificar su llegada, una enfermera la condujo hacia la habitación, en el camino, fue interceptada por un médico que llevaba su guardapolvo blanco, era un hombre canoso y podía notar los años de profesionalismo encima, lo cual, le brindó a la joven cierta tranquilidad.

- Buenos días Norma- el hombre se dirigió primero a la enfermera que estaba al lado de la pelirroja- y usted debe ser la señorita Del Rio, yo soy el Doctor Guzmán, un gusto- dijo el señor con una cara bastante amistosa que le transmitió un poco de paz al verla, y extendió su mano cordialmente.

- Sí, soy yo, Jazmín Del Rio- sonrió tímidamente- ¿cómo está mi mamá?

El rostro del hombre cambió completamente, sus facciones reflejaban preocupación y, su mirada, dejó de centrarse en la pelirroja y se fijó en Norma, quien aún seguía parada al lado. La señora tomó a Jazmín de un brazo y la condujo hasta unos asientos que se encontraban a unos metros de donde estaban ellos parados. No entendía que estaba sucediendo, pero se limitó a quedarse callada, sus ojos se llenaron de lágrimas, sabía que no era nada bueno lo que el doctor tenía para decirle.

Razljubit (Flozmin)Where stories live. Discover now