-Capítulo 19-

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Luego de esa escena que había vivido en la puerta de su pastelería, el beso, la cercanía que volvió a tener con la pelirroja, lo único que le generó fueron dudas y más dudas. Flor no podía discernir si se trataba de un sueño o si en verdad esto estaba pasando nuevamente, sentía que tenía diecinueve años otra vez, no era consciente de que por segunda vez estaba cayendo en los brazos de aquella mujer quien le había roto el corazón en mil pedazos. Era el amor de su vida, no podía contenerse a aquellos sentimientos que abordaban de a poco su cuerpo y se alojaban ahí para quedarse.

Algo muy en el interior de Florencia sabía que eso estaba mal, sabía que nada de lo que se aproximaba podía suceder, ella ahora era madre, tenía una familia, un marido, que si bien no estaba muy presente, era el padre de su hijo, compartían un hogar y todo lo que tenían hasta el momento había sido por acciones en conjunto, ambos había formado aquella familia hermosa que tenían y la Estrella no era capaz de corromper todo lo que llegó a lograr hasta ese momento.

Otra cosa tenía muy en claro, y es que a pesar de que Jazmín estuviera de vuelta en Buenos Aires, no era algo definitivo, sabía bien que iba a irse, estaba convencida de que sólo volvió por su mamá y, que cuando todo este torbellino de cosas terminara, emprendería de nuevo viaje hacia Estados Unidos. Se negaba a sentir lo que estaba sintiendo, no se permitía caer nuevamente en aquello, pero le era inevitable, la amaba, y así lo iba a ser por el resto de sus días.

25 de Julio de 2019

Aquel sábado, estaba siendo el día más frío del año, Flor detestaba ese clima, y sumándole a eso, estaba triste. El cumpleaños de Ivo era ese día, la Estrella había estado toda la noche pensando en cómo iba a decirle a aquel niño ilusionado, que su papá no iba a estar para el festejo de su cumpleaños de seis. Le dolía en el alma ver por tercera vez, la carita de desilusión de su pequeño, porque si, era el tercer cumpleaños consecutivo que pasaba sin Fidel. Estaba harta, le hacía mal, y eso generaba en ella que todos los tics habidos y por haber se evidenciaran en su cuerpo.

Se levantó alrededor de las siete de la mañana, la noche fue caótica, estaba pasada de vuelta, ya que no pudo dormir casi nada. La casa estaba helada, oscura, con feas energías. Y es que se sentía ajena a aquel lugar, se sentía una extraña en esa construcción tan grande, no encontraba la armonía y calidez que un hogar debe brindar a su dueño. Estando sola, generaba en ella un vacío enorme, le daban ganas de salir corriendo de aquel lugar, para no volver jamás. Sin embargo, intentó cambiar los aires de aquella casa, decidió prender la estufa hogar hermosa que nunca usaban y que se encontraba totalmente abandonada en el living, luego de eso, prosiguió a hacer café, el olor a café despertaba en ella una sensación familiar, le recordaba a su infancia, a su mamá, a las tardes en la galería de su antigua casa, leyendo un libro con la compañía de su hermana Carla.

Decidió poner un poco de música, con el volumen bajo para no despertar al cumpleañero. Comenzó a hacerle su torta favorita, de chocolate y frutillas, amaba verle la cara de felicidad todos los años al ver que su mamá hacía todo lo que a él le gustaba, era hermoso, sus ojitos color miel brillaban y sus dientitos blancos se veían radiantes.

Si bien intentaba distraerse, recuerdos de la noche anterior se le venían a la cabeza, aquella situación final que vivió al despedirse de Jazmín fue caótica, sus sentimientos se revolucionaron increíblemente y ya no había vuelta atrás. Aquello que sentía por esa mujer, y que estaba encerrado con un candado, se había abierto nuevamente y era inevitable volver a la normalidad. Es que seguía siendo así, el hecho de estar con ella, generaba que todos sus problemas se ocultaran, se olvidaba de sus preocupaciones por un rato, le hacía bien. Porque a pesar de que aún seguía dolida porque se haya ido lejos, aún permanecía en Jaz, aquel poder de "sanación", a pesar de la distancia que hubo por tanto tiempo, lo que esa chica generaba en Florencia permanecía intacto, y eso era lo que le preocupaba. Ambas se correspondían, eso era obvio, más allá de los años, y de aquel distanciamiento enorme, la magia aún se seguía generando entre ellas, era sumamente poderosa, Flor estaba segura de eso.

Razljubit (Flozmin)Where stories live. Discover now