-Capítulo 11-

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Y así fue, como después de tantos años, sus cuerpos volvieron a colisionar, sus corazones se encontraron nuevamente, ya no había retorno, ambas sabían muy bien que a partir de ese día, sus vidas iban a cambiar, lo que no sabían era, si ese cambio iba a ser para bien, o para mal.

En ese momento, nada más importó, toda la gente presente alrededor desapareció, en la imagen sólo permanecían ellas, abrazadas, un abrazo sincero y lleno de arrepentimiento por parte de ambas.

Sin embargo, algo en el interior de Florencia comenzó a aparecer, una sensación extraña, era algo parecido a la tristeza, pero aún no podía diferenciarlo, y es que si, era un tipo de angustia, generada por el hecho de que nada iba a volver a ser como antes, para ella, el tren ya había pasado, y su historia con Jazmín se había ido en uno de sus vagones.

Un golpe de realidad hizo que la Estrella se separara rápido de la pelirroja, no sabía muy bien qué sentir frente a esta situación, lo sentía un sueño, era algo que ya creía imposible, el hecho de volverla a ver. 

Sus brazos ya no se encontraban entrelazados, en su lugar, las separaba una distancia bastante notoria y un silencio abismal que generaba una incomodidad enorme.

Ninguna hablaba, ambas miraban al suelo, y es que no sabían qué decir, nadie tiene un discurso preparado para cuando se encuentran con aquella persona que amaron después de tantos años.

Una voz lejana las sacó de aquel momento incómodo que estaban viviendo, era Iván, el amigo de Jazmín, quien al gritar su nombre, fue hincapié para la Estrella huir, si, escapó, sin decir nada más. A medida que se alejaba, cada paso que realizaba, era una puntada en el corazón, se sentía una estúpida, pero es que a decir verdad, no estaba preparada para afrontar aquella situación. Se perdió entre la gente, mientras se escuchaba a lo lejos la voz de Jazmín gritar su nombre, pero entre la multitud de personas no logró localizarla, por lo que se fue.

Llegó a su auto, se puso el cinturón, atinó a colocar la llave para encenderlo y en ese instante, un nudo inmenso en el pecho comenzó a ascender por la garganta, desenlazándose en un llanto desconsolador. Estaba muy movilizada, no podía reincorporarse emocionalmente, ya que el hecho de que Jazmín se haya ido en su momento hizo un daño muy grande en su corazón, por lo que fue un proceso muy largo y difícil de atravesar, y, una vez que lo sentía totalmente superado, ella volvió a aparecer.

Fue muy doloroso por el hecho de que Jazmín fue la primera persona a la cual le confió todo, su vida entera. La primera a quien amó profundamente, quien le ayudó a afrontar todos los prejuicios que se le presentaban en su día a día, a establecer su sexualidad, a definirse, a confiar en sí misma, la ayudó a quererse tal cual era y a valorarse.

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-          ¿Esa era Flor?- dijo Iván a medida que veía a la morocha alejarse, dejando a Jazmín con las palabras en la punta de su lengua.

-          Si- dijo Jaz sin agregar nada más, con los ojos llenos de lágrimas.

-          Hola amiga hermosa- su amigo se acercó a ella, descolocándola por completo, atinando a darle un fuerte abrazo después de tanto tiempo.

A pesar de que Iván viajaba seguido a Nueva York, hacía casi cuatro meses que no se veían y para ellos eso ya era una eternidad.

Jazmín permanecía callada, con una leve sonrisa en su rostro. No era capaz de simular que acababa de encontrarse con Florencia, a quien no había dejado de pensarla ni un día de su vida desde que se habían separado.

-          ¿Fuiste a visitarla a mamá? ¿Cómo está?- intentó pensar en otra cosa, que a decir verdad, la ponía peor aún.

-          Si, fui, la verdad... no está muy bien Jaz- su amigo con la cabeza gacha intentaba disuadir la tristeza que el tema le generaba, no quería preocupar a su amiga, pero la salud de su mamá pendía de un hilo.

Razljubit (Flozmin)Where stories live. Discover now