Capítulo nueve: 2 AM

8.1K 643 127
                                    

- ¡Jimena! ¡Jimena, despierta!

Nicole está sobre mí. Ha entrado en mi habitación sin encender las luces y todavía está todo muy oscuro. No ha amanecido.

- ¿Qué? ¿Qué pasa?

- Voy a salir un rato, necesito que me cubras.

La empujo para apartarla y ella cae al otro lado de la cama. Me incorporo con dificultad, la cabeza todavía embotada.

- ¿Cubrirte? ¿Qué hora es?

- Las dos.

Lleva un vestido ajustado con brillos y el pelo suelto en ondas. Tacones de vértigo, su perfume especial.

- ¿A dónde diablos vas?

- Voy a salir con un chico.

- ¿Con un chico? ¿A las dos de la mañana un jueves? ¿Cuántos años te crees que tienes?

- ¿Puedes dejar de ser tan pesada por un día?

Suspiro y vuelvo a dejarme caer sobre la almohada. No estoy en condiciones de pensar nada ahora mismo.

- ¿Quién es?

- No lo conoces.

- Si no lo conozco es Erik. Vamos, niégalo.

Ella no contesta y me da un golpe en el trasero.

- Nicole, vete a la cama. Me prometiste no volver a hablar con él.

- Ya sé lo que te prometí pero lo he estado pensando y no voy a hacer siempre lo que tú creas que es mejor. Voy a salir y me da igual si me cubres o no.

- Será gracioso verte intentarlo. Como salgas por la puerta voy a despertar a mamá, y si te pones tonta, también a papá. Y ahora vete a la cama y déjame dormir.

Nicole suelta un gruñido de exasperación que yo ignoro por completo. Hace más de dos semanas que Erik se presentó en nuestro colegio y se llevó a Nicole a dar una vuelta por una hora, que se prolongó hasta casi nueve. Hace también más de una semana que Chris y yo rompimos. Han sido unos días extraños, tanto en casa como en el colegio. Me siento rara, incómoda. Todos me miran y cuchichean, sin acabar de entender lo que ha pasado entre nosotros. Incluso mis amigas. Y si eso no es suficientemente malo, Chris apenas me habla y me evita todo lo que puede con una expresión de pavor, como si fuera su peor pesadilla.

- León lo aprueba.

Todo mi cuerpo se tensa al escuchar su nombre. Escucho mis latidos en los oídos, abro los ojos sin dificultad alguna. "Si no te cuidas tú, tendré que cuidarte yo".

- ¿El qué aprueba? ¿Has hablado con él?

- Claro que he hablado con él.Dijo que Erik y yo podíamos salir como amigos, pero que no podíamos tener nada más hasta que yo fuese mayor de edad, y que no podías saber nada porque podrías tomártelo mal.

Claro que me lo tomo mal. Mi hermana sale por ahí con un tío que le saca diez años y que le pegó una paliza a mi ahora ex-novio.

- León no es nadie para aprobar nada – murmuro -. Tu hermana soy yo, no él.

- León es un tío increíble, no sé por qué le tienes tanta manía. Se libró de Chris y te trata genial pero tú te empeñas en despreciarlo.

¿Manía? ¿Despreciarlo? No consigo concentrarme en nada que no sea él, no es manía lo que tengo. Me pregunto si habrá vuelto a tener dolor de cabeza, dijo que le pasaba a menudo. Tenía el pelo revuelto y las mejillas sonrojadas, los labios hinchados, su voz ronca. "No quiero que me veas, ahora no soy joder, eres guapísimo". Dios mío, León tiene serios problemas de autoestima. Le habría besado de no ser porque acababa de romper con Chris esa misma mañana y porque no quería mandarle el mensaje equivocado. Puede que hablara con Chris pero no tengo que olvidar que él y yo no somos amigos y que probablemente solo quiera acostarse conmigo. Cada vez que me mira me muero.

León Donde viven las historias. Descúbrelo ahora