Capítulo treinta y tres: Te he echado de menos

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Brad no me contesta. Quiero golpear algo, lo que sea.

- Jimena, siéntate – me ordena Edgar, frente al televisor.

En el canal de noticias donde se debería informar del juicio de León no han dicho mas que el fiscal y el juez están reunidos para estudiar unas posibles pruebas fraudulentas. He hablado hace cinco minutos con Gloria, que tampoco sabe nada. Dylan se ha ido muy temprano y aún está en los juzgados. Me ha prometido llamarme en cuanto supiera algo.

Los únicos que deben saber algo de León son sus amigos. ¿Y si ya lo han sacado y la policía está ganando tiempo para encontrarlo y no quedar en evidencia? Me va a estallar el corazón. No debí decirle que cumpliría con mi palabra. Siento una felicidad inmensa por saber que sus sentimientos por mí no han cambiado, pero si se ha fugado, ¿qué futuro nos espera a ambos? No podré tener una vida normal. Acabarán atrapándonos. Acabaré en la cárcel. No, no debo pensar en eso ahora. Aún tengo mucho tiempo.

- ¡Siéntate!

- ¡No puedo!

- Voy a preparte una tila, ¿quieres? - intenta Nicole.

- No quiero ninguna tila, quiero saber qué está pasando.

Media hora después y mil llamadas a Brad, Gloria me da la mejor noticia que podrían haberme dado nunca: han desestimado los cargos. Gracias al cielo. Lo sabía. Lo sabía.

- ¡¿Qué pasa?! - grita Nicole.

- Han desestimado los cargos, van a dejarlo libre – consigo decir, llorando.

Nicole se abalanza sobre Edgar, que intenta separarse de ella para que no lo llene de mocos. Cuando consigo calmarme, voy directa a mi habitación a cambiarme. Necesito quemar toda esta tensión acumulada de inmediato, pensar en lo que ha sucedido.

- Voy al gimnasio, no salgas de casa – advierto a Nicole -. Volveré tarde.

Esta mañana han llegado más notas amenazadoras para mi hermana, así que es preferible que sea prudente hasta que consiga que la policía haga algo de una maldita vez.

Vuelvo a llamar a Brad un par de veces. A lo mejor estoy siendo demasiado insistente, pero no lo puedo evitar. Mientras camino hacia el gimnasio, caigo en que si han desestimado los cargos, no debe haber sido a cambio de nada. Cuando la justicio hace algo así, es porque tiene un buen motivo. ¿Habrá Trevor amenazado a alguien importante? Ese viejo loco es capaz de lo que sea. No, ha tenido que ser cosa de León. Le han hecho una propuesta, tal vez pasarles información. Sino, no habría llamado a mi hermana para hacer esa pregunta. Si al menos Brad me contestara al puto teléfono...

Mi entrenador es bastante paciente conmigo hoy. Como no consigo quitarme la tensión con el saco de boxeo, tengo que luchar con él.

- ¿Ha pasado algo que quieras contarme?

- Sí – contesto y lo golpeo de nuevo -. Anoche me pasé bebiendo y le dije a una celebridad que era un patán y que no iba a chupársela. Me pasé toda la noche en vela porque mi hermana pequeña tiene problemas sexuales con su novio – doy otro golpe -. Y si eso no fuera poco, hoy han desestimado los cargos contra mi novio, a quien iba a caerle la perpetua. ¿Qué te parece?

- Una puta pasada – ríe.

- Sí, ¿verdad? - bloquea una de mis patadas con su antebrazo.

-No sabía que tenías novio, y mucho menos que era un supuesto delincuente. ¿Y quién es la celebridad?

- Bueno, es una historia muy larga y muy complicada. Y el patán es Rick Collins.

- No sé quién es.

León Donde viven las historias. Descúbrelo ahora