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Por varios días Gyuri no pudo acercarse a aquella chica que tanto le había llamado la atención, no dejaba de pensar en ella e incluso había días en que sus pesadillas se terminaban ya que la pequeña aparecía en el momento justo para rescatarla. Todo era muy extraño para la mayor, nunca había sentido algo parecido con nadie y tampoco estaba segura de cómo debería sentirse, sus problemas siempre estuvieron por encima de sus emociones y eso era algo que no todos comprendían, por esa razón sus actuales amigas no se enteraron de todo lo que vivió Gyuri hasta unos meses después de volverse amigas.

Gyuri estaba en una de sus clases, una que justamente compartía con la menor, ambas estaban separadas solo por unos pequeños centímetros. Gyuri no se sentía incómoda, si tenía la oportunidad observaba a su compañera y mientras tanto intentaba estudiar pese a sus pensamientos, casi lo usual, para ella era como volver a los viejos tiempos donde había mucho en su cabeza y eso le atormentaba aunque supo como manejarlo.

— Disculpa, —dijo una dulce voz a Gyuri— ¿tienes un resaltador amarillo?

Por un momento la mayor se quedó mirándola, por primera vez le había hablado y también pudo observar cada detalle de su rostro, pero lo que más le llamó la atención fue su forma de inflar sus cachetes y fruncir sus labios— Creo que sí tengo—dijo la mayor mientras buscaba entre sus cosas un resaltador— Aquí tienes.

— Gracias. Por cierto, me llamo Jisun.

— Yo soy Gyuri.

Allí terminó la más agradable conversación que la mayor había tenido en la semana, la voz de la menor era como una corta melodía que cualquiera quisiera escuchar por el resto de sus días. Ese rostro pequeño que hacía juego con la pequeña altura de Jisun era, para Gyuri, la más perfecta en el planeta. Antes de que terminara la clase la mayor debía de entregar unos papeles a los directivos, por lo que guardó sus cosas y se fue olvidándose por completo del resaltador que había prestado a Jisun.

En el horario del almuerzo las amigas de Gyuri notaron que la pequeña no estaba sentada en el mismo lugar de siempre, la mayor quiso dar a entender de que no le importaba en lo absoluto aunque por dentro sí le importaba demasiado. Al poco tiempo la pequeña chica se paró detrás de Gyuri llamándola.

— Disculpa pero me olvidé de devolverte tu resaltador —dijo la menor con sus piernas temblorosas.

— Ah. Gracias —respondió la mayor con un tono algo frío—. Por cierto, ellas son mis amigas, Saerom, Hayoung, Chaeyoung y Nakyung.

— Hola Jisun —dijo entusiasta Nakyung sorprendiendo a todas.

— ¿Se conocen? —preguntó Saerom.

— Sí, hace poco me inscribí a clases de arte y ella estaba allí.

— Bueno, me iré a mi mesa a comer, nos vemos luego —dijo la pequeña. Gyuri respondió tomándola levemente de su muñeca, aunque tan pronto como se dió cuenta de su acto la soltó.

— Podrías quedarte a acompañarnos, no es molestia —Gyuri acató rápidamente para disimular un poco sus acciones, Jisun aceptó sentándose a su lado.

Miracle || GyulSun, FromisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora