Gyuri estaba sorprendida, no podía creer que aquella niña que le salvó la vida y quien ha aparecido en sus sueños por algunos años era Jisun, pero lo que más sorpresa le dió fue saber que la odiaba con todas sus fuerzas, le pareció impresionante como una situación puede causar distintos traumas en las personas.
Ella le prometió a la madre que nunca le diría sobre quién era realmente si tan solo le permite hablar unos momentos con su hija Jiheon, la madre con gusto se lo permitió y pidiéndole a su vez que le diga que su madre lo siente por su manera de actuar. Gyuri se levantó de la mesa y se dirigió a la habitación de la menor.
— ¿Puedo entrar? —preguntó la mayor detrás de la puerta.
— Mi madre no te asesinó, ¿estás bien? —respondió Jiheon abriendo lentamente su puerta.
— No, no te preocupes pero quiera hablar unos momentos contigo. —la menor la dejó entrar y tan pronto cerró su puerta comenzó a abrazarla con mucha fuerza sin la intención de soltarla nunca— Yo también te extrañe Jiheon. No hay nada de qué preocuparse vas a poder verme más seguido de ahora en más.
— ¿Cómo?
— Ya te vas a enterar cuando me vaya, el punto es que por nada del mundo debes decirle a Jisun que estuve aquí, ella pronto tendrá permiso para salir por unas horas y la podrás ver pero no le menciones absolutamente nada de lo que ocurrió hoy, ¿me lo prometes? —Gyuri extendió su dedo meñique pero Jiheon no parecía comprender aún a todo lo que se refería por lo que la mayor susurró en su oído que todo estaría bien y que confiara en ella, de esa forma sellaron su promesa.
Gyuri se despidió de ambas para que Jiheon y su madre pudieran charlar con calma. Se dirigió a su casa y lo primero que hizo fue llamar a Seoyeon para que supiera de las buenas noticias, que al fin podría disfrutar de su relación con Jiheon sin problemas y también hablaron sobre cómo se veía Jisun cuando la visitaba.
Luego de algunos días Jisun finalmente saldría por un día de la clínica y pasar tiempo con su familia, aunque por su mente solo estaba Gyuri, Jisun quería disfrutar de ese día con ella, ir a una cita y ser libres, pero no fue así, todos los días que tenía permitido salir debía pasarlo con su familia y el único lado positivo era estar con su amada hermanita. A pesar de solo pensar en Gyuri pudo disfrutar de su día y hasta lo sentía distinto como si sus padres hubieran cambiado de un momento a otro, tal vez lo hacían por compasión a ella pero había algo en sus ojos que los veía distintos.
El día siguiente a ese era el día de visita de Gyuri, como siempre la mayor llegaba a tiempo y ambas se abrazaban como si hubieran pasado cientos de años sin verse, se sentaron en el mismo lugar y no podían apartar sus miradas de la otra.
— ¿Disfrutaste de tu día ayer? —preguntó Gyuri mientras acariciaba las manos de Jisun.
— Sí, me alegré de verte a Jiheon y se la veía tan feliz. Pero... Quisiera disfrutar de esos días contigo.
— Lo haremos más adelante, cuando salgas de aquí. —Jisun mostró un rostro descontento, aún no sabía lo que será de su vida una vez salga de ese lugar— No estés triste, es más, te prometo algo. Después de que seas libre haré mi mayor esfuerzo para que vivamos juntas.
— Pero Jiheon...
— Pensaré en algo para que viva con nosotras, solo confía en mí, ¿puedes? —Jisun asintió y le dió un abrazo junto con varios besos.
— Te amo Gyuri, no sería nada sin ti.
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Miracle || GyulSun, Fromis
Short StoryIncluso en los peores momentos siempre han sido un milagro para la otra. © Portada hecha por: CaratEdiciones 16/05/18 - 26/01/19