Miracle || GyulSun, Fromis

14

Jisun en toda la noche no podía dormir, se sentía inquieta y aún más confundida de lo que estaba. No dejaba de pensar en aquel beso robado, en la suavidad de esos labios y en lo bien que se sentía. Tenía tantas emociones juntas, tantos pensamientos que le robaron el sueño. No sabía cómo reaccionar cuando vea a la mayor al día siguiente, no sabía cómo mirarla, la imagen de Gyuri besándola otra vez pasaba por su cabeza. Se preguntaba si en realidad todo lo que alguna vez su cabeza pensaba era un cariño hacia ella. Los latidos y su nerviosismo cuando la mayor estaba cerca no eran normales, tal vez era amor o así lo definían las personas enamoradas, de esa misma forma se sentían sus padres cuando se enamoraron uno del otro.

Tan solo pudo dormir menos de 3 horas, tan pronto escuchó su alarma de levantó, lavó su cara dormida con mucha agua fría, cambió sus ropas y se dirigió inmediatamente a la universidad, sin siquiera tomar su desayuno. Durante todo su camino su rostro se ponía rojo, intentaba controlarse lo más que podía pero era en vano, seguía teniendo la cara colorada y lo único que la calmaba un poco era el hecho de que Gyuri no estaría en ninguna de sus clases.

Para el almuerzo Jisun decidió evitar a toda costa el comedor, no quería encontrar a Gyuri, quería evitarla completamente. Se dirigió, entonces, a enfermería, tal vez allí podría dormir un poco antes de su última clase y así lo hizo, durmió tan solo 45 minutos y terminó como pudo su horario. Al salir de la universidad y pasar por la entrada sintió como alguien la observaba, se volteó y se encontró con Gyuri que traía con ella una bolsa de supermercado.

— ¿Quieres? —preguntó la mayor entregándole un paquete de helado mientras observaba el suelo.

— Gracias —respondió Jisun tomando el paquete y partiendo el helado a la mitad.

— ¿Has almorzado hoy?

— No —dijo la menor mirando a un costado y comenzando su caminata a su hogar.

— Deberías comer un poco al menos, te puedes desmayar —expresó Gyuri siguiendo los pasos de la enana— ¿Tu mano sigue doliendo?

— Solo un poco.

— Ok.

Gyuri acompañó a Jisun hasta su casa, la menor intentó despedirse pero la mayor tan solo se quedaba. Le dijo que sería muy difícil para ella cocinarle a su hermana con su mano ya que aún le dolía, por lo que compró comida que ella misma podía cocinar y ayudar a que no siga lastimándose. Jisun tan solo sonrió un poco y permitió que la mayor entrara, saludaron a la pequeña Jiheon y Gyuri acomodó sus cosas para cocinar.

— ¿Necesitas ayuda con algo? —preguntó Jisun.

— No, si quieres puedes ir a dormir un rato antes de que la comida esté completamente lista —respondió la mayor. Jisun inmediatamente se fue a su habitación a dormir, en su cara se notaba demasiado el sueño inmenso que tenía.

Gyuri se quedó mirando cada uno de los ingredientes y leía como era su preparación, se la veía confundida, tanto que hasta Jiheon lo notaba. Esta se acercó a la mayor preguntándole si sabía algo de cocina pero le respondió que no, la pequeña tampoco sabía de cocina así que se encontraban en un dilema. Pensando detalladamente sobre qué cocinar decidieron hacer arroz con huevo y carne, que era lo más sencillo que podían hacer.

— Gyuri, ¿te puedo hacer una pregunta? —preguntó la menor mientras la mayor cocinaba la carne.

— Sí.

— ¿Te gustan las chicas? —Jiheon estaba sentada en la mesada de la cocina mirando directamente a Gyuri, ésta se puso nerviosa con la pregunta, no se animaba ni siquiera a mirarle a los ojos.

— Pues... En realidad nunca sentí que me gustara alguien, no estoy segura de lo que me gusta.

— ¿Mi hermana es la primera? —esta pregunta directamente dejó en shock a Gyuri— Realmente no me molesta que ustedes sean novias, me gusta ver a Jisun feliz —una linda sonrisa se posó sobre el rostro de la menor, Gyuri volteó para verla y no pudo resistir ante aquel "eye smile".

— Alguien me dijo que siguiera lo que mi corazón quiera hacer, creo que hace tiempo se lo estoy permitiendo pero con muchas limitaciones, nunca hubiera cocinado para nadie y aquí estoy. Jisun es la clase de persona que provoca que mi corazón quiera cometer locuras.