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Gyuri entro en un estado de ansiedad muy fuerte, su cuerpo por completo temblaba, sus ojos carecían de emoción, estaba confundida sin saber que hacer, no podía responder correctamente, su cuerpo no se desvanecía como solía hacer y tampoco pellizcaba sus piernas, todo era raro en ella. Aún estaba al teléfono e ignoraba todo lo que la pequeña decía, su cabeza no pensaba y al mismo tiempo escuchaba cuentos de voces ahí dentro. Jiheon comenzó a gritar de desesperación al no escuchar respuesta, eso hizo despertar a Gyuri de su shock, intento ignorar su ansiedad por unos segundos para poder calmarla, se dirigió al cuarto de su madre para tomarle la mano y pedirle su ansiolítico. Continúo escuchando a la pequeña a pesar de no entender demasiado.

La mayor no era la adecuada para tranquilizar al resto, intentó hacer lo mejor posible y una vez relajada Jiheon pudo dar la dirección de la clínica en la que se encontraba Jisun, sin dar muchas explicaciones de la razón de su estadía allí, concluyó diciendo que fuera al día siguiente a verla.

Gyuri no pudo dormir en toda la noche, estaba intranquila, desesperada por saber de Jisun, tenía miedo de lo que pudo haberle sucedido y su presión en el pecho aumentaba hasta casi ahogarla. Temprano en la mañana tomó una ducha helada, a veces eso la ayudaba a despejar su mente, su madre le dejó un vaso con agua, una taza de té y su medicación con un refuerzo en caso de necesitarlo, ella lo tomo y salió de su casa en camino a la clínica. Allí dió su información y también la de Jisun, a los pocos minutos una psiquiatra se acercó a dar una pequeña charla de la situación.

— ¿Eres la novia de Jisun, cierto? —preguntó la psiquiatra sentándose a un lado de Gyuri.

— Sí, ¿cómo se encuentra ella? —sus manos temblaban, las tenía sobre sus rodillas y se rascaba con algo de fuerza.

— Está mucho mejor, si quieres puedes ir a verla por unos minutos pero antes debo de preguntarte si ya la habías visto de esta manera y como era su personalidad.

— Nunca la ví de esta forma, nos conocimos este año y siempre la he visto alegre, sabía que tenía ansiedad y estos últimos días no tenía ánimos pero no supe por qué realmente.

— Muy bien. Si quieres puedes pasar unos minutos, no se permiten teléfonos, objetos punzantes, encendedores y ningún tipo de medicación. Dame todo y cuando salgas te lo devolveré.

Gyuri le entrego todo a excepción de su medicación, sabía que lo más probable era que no se lo devolvieran al salir. Entro al lugar y al ver a Jisun fue lo más rápido posible a abrazarla, la menor estaba tan feliz de verla, sintieron que su mundo volvía a recomponerse, sus lágrimas caían sin cesar y no había nada en el mundo que pudieran separarlas.

Luego de varios minutos abrazadas se separaron y se sentaron al aire libre. La clínica estaba especializada para enfermedades psicológicas y psiquiátricas, tenía un pequeño patio para las visitas, sus habitaciones eran compartidas y el comedor era algo pequeño. Ambas se tomaron de las manos, mirándose a los ojos y sin decir una sola palabra, tal vez de esa forma el tiempo se haría eterno y así estar juntas. Los segundos pasaban tan lento, sus miradas casi que podían hablar diciendo lo mucho que se amaban, no era momento de saber porque Jisun estaba allí, lo más importante era que estaban juntas ahora.

La menor había intentado quitarse la vida después que su madre haya descubierto el cuadro que Gyuri le había regalado junto con pequeñas notas que estuvo preparando por mucho tiempo para festejar sus primeros 6 meses juntas. Ella ya se encontraba en mal estado, sentía que las palabras de su amada se volvían realidad, "nada es para siempre, todo tiene un fin", pero ella no quería que su relación terminara tan pronto y siendo seguramente obligada por su madre a terminar. Jisun se sentía atrapada por sus emociones, su cabeza daba vueltas y una pequeña voz le repetía que ya todo debía terminar, así que tomo toda su medicación y en un segundo la había tragado.

Toda su familia la escuchaba gritar de dolor dentro de su cuarto, su padre intentó varias veces tirar abajo la puerta, la pequeña Jiheon presenciaba todo en medio de lágrimas y miedo. Al mismo tiempo en que llegó la ambulancia su padre derribo la puerta encontrándose con su hija desvanecida y completamente drogada, afortunadamente le hicieron un lavado de estómago y volvió en sí, algo decepcionada por lo que había hecho.

Miracle || GyulSun, FromisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora