{Color: morado} Cachorro rebelde

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–¿Así que, si lo logro, la compañía será mía?

Asintió –ya estoy demasiado viejo para seguir en esto y si puede conseguirlo, sabré que está en buenas manos.

El señor Cho, le había ofrecido su corporación si podía controlar a su hijo y encarrilarlo porque según supo por su propia boca, estaba interesado en la música y solía saltarse los cuidados cuando su celo aparecía, por lo que la familia estaba preocupada, especialmente porque creía que la fuerza de voluntad era todo lo que necesitaba en esos casos.

Revisó el expediente una vez más antes de bajar del auto y vio a su objetivo saliendo de la universidad.

–Buenas tardes, vengo a recogerlo.

–¿Mi padre te envió, no es así? –suspiró y avanzó luego de que le señalara un auto de color oscuro, ¿por qué su viejo tenía que ser tan fastidioso?

–Solo lo recogeré este día porque su padre me lo pidió, así que no debe preocuparse por eso.

–Ya veo.

El mayor le analizaba en silencio mientras conducía y podía sentir un ligero aroma cosquillear su nariz, probablemente no faltaba mucho para su periodo de celo tal y como le había informado su padre.

–Joven Cho, debería tomar una cápsula para suprimir sus feromonas en su próximo celo si todavía no puede controlarlas por completo.

–La fuerza de voluntad es suficiente en estos casos al igual que con las enfermedades.

–Dudo que eso funcione. –¿Cómo era posible que un joven de diecinueve años fuera tan inmaduro para pensar de esa manera?

Al castaño parecía no agradarle mucho hablar sobre su condición de omega, pero supuso era esperable al provenir de una familia de alfas, por lo que el tema tal vez era recurrente, así que trató de no insistir demasiado por esa ocasión y le ayudó a bajar cuando aparcó en la residencia de la familia.

–Antes de que se vaya, me preguntaba si tendría una cita.

El menor lo observó entonces, de arriba abajo y se detuvo cuando llegó a su rostro de nuevo –¿contigo?, no gracias.

–No es de la manera en que piensa, así que le pido que lo considere un poco más –dijo, pero el menor le ignoró completamente; al parecer tendría que dejar de ser amable si quería que ese muchacho testarudo escuchara.


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El señor Cho no le había dicho cómo debía lograr que su hijo dejara de perder el tiempo y se concentrara en su educación como debía al igual que en los negocios familiares, así que decidió que, si el menor no lo escuchaba, tendría que usar su condición de alfa para dominar su mal carácter.

Kim Jonghoon pensó que lidiar con un jovencito omega sería sencillo, que una actitud dominante sería suficiente para hacerle entrar en razón, pero era peor que muchos alfas y supo entonces que su entorno había influenciado su carácter, volviéndolo menos dócil que sus compañeros de categoría.

Si tuviera que describir al hijo de la familia Cho, usaría palabras como irritante, testarudo, bocón y fastidioso, pero no podía rendirse tan fácilmente cuando le habían ofrecido una recompensa más que generosa, así que cuando el día de su celo se acercó, decidió obligar al pequeño revoltoso a tomar su medicación a como diera lugar porque ese era el primer paso a conseguir y que preocupaba constantemente a su familia debido a que había personas que podrían lastimarlo por intentar intimar con él en esos días.

–¿Dónde está el profesor Jeong? –cuestionó al entrar al aula y ver que esta se encontraba vacía a excepción de un sujeto de cabello negro recargado en la pared a un lado de la puerta –¿qué haces tú aquí y por qué cierras la puerta?

–Tenemos cosas de que hablar, joven Cho.

El menor tenía el ceño fruncido mientras estaba sentado al otro lado del escritorio y es que saber que su única salida estaba cerrada con llave y que su plan era hacer que tomara una píldora supresora para su próximo celo parecía ser una idea fastidiosa para él.

–Tómala y ambos saldremos de aquí.

–No tomaré esa cosa, yo puedo controlarme con mi fuerza de voluntad –respondió retador.

Podía sentir su aroma volverse más agradable, lo que significaba que en cualquiera de esos días el celo llegaría, pero el castaño parecía no escuchar, así que usó sus feromonas como una forma de dominarlo, algo que probablemente su familia no podía hacer debido a su parentesco y seguramente ya era inmune a ellas, pero dudaba pudiera resistir las de un extraño.

Kyuhyun enarcó una ceja al ver que el sujeto dejaba de hablar y parecía mirarlo con arrogancia como si le estuviera ocultando algo y aunque su mente estaba concentrada trabajando en una forma de escapar de ahí, su nariz se movió al percatarse de un aroma que no recordaba haber percibido antes en el salón.

"Ese aroma es agradable, pero ¿de dónde viene?"

El joven Cho parecía no estar siendo afectado como si realmente ese asunto de resistirse en realidad funcionara, pero saber que un simple omega malhumorado como ese no se veía afectado por sus feromonas era un golpe para su orgullo, así que decidió dejar la sutileza y tomar el asunto con seriedad, pero quizás por un momento olvidó que el primer día de celo de un omega era el peor de todos por la intensidad de sus feromonas, así que encontrarse encerrado con uno era lo peor que le podía suceder a un alfa, pero ¿cómo iba a saber que este llegaría precisamente en esa tarde?

Todo parecía estar bien cuando incrementó sus feromonas para volver un poco más dócil al joven universitario y que este escuchara sus consejos, pero tener control en ocasiones podía ser un problema y quizás el hecho de que el aroma del castaño comenzara a acariciar su nariz con mayor insistencia causó que olvidara por un momento que estaba ahí como consejero únicamente.

–Eres un idiota, ¿qué estás haciéndome? –cuestionó mientras caminaba rodeando el escritorio y se sentaba sobre sus piernas en un acto vergonzoso y humillante, y aunque Jonghoon decidió parar al notar que había llevado su plan demasiado lejos, el celo del menor se lo impidió. Aspiró su aroma y sus manos se aferraron automáticamente a las caderas del omega que se ofrecía a él, sentándose sobre su regazo.

Kyuhyun trató de controlarse, pero se sentía sofocado en esa habitación y su cuerpo hormigueaba, especialmente cuando se percató de las manos ajenas sujetándolo –to-tomaré la medi...mngh...

Estaba seguro que besarse con el hijo de su jefe no era el plan que este tenía para que encarrilara a su segundo hijo, pero ningún alfa podía rechazar a un omega que desprendía un aroma que le era agradable y se le ofrecía de esa manera, por lo que a pesar de sus pensamientos, su mente se nubló apenas supo que el joven comenzó su celo frente a él.

No debía estar besándose con ese idiota mandón, pero su cuerpo quemaba y sentirlo cerca aliviaba la sensación, por lo que no podía apartarse simplemente, ¿por qué deseaba que lo siguiera tocando?, ¿por qué sus caderas se movían sobre su regazo?, él no era así, él nunca actuaría tan sumiso ni se ofrecería a nadie de esa manera, pero solo podía pensar en sentir a ese hombre en su cuerpo.

"Debo detenerme, puedes hacerlo Jonghoon, tu control siempre ha sido impecable"

–Tómame hyung~ –pidió en contra de su voluntad porque sus instintos tenían el control en ese momento.

Al parecer sus planes se estaban yendo al carajo, solo esperaba que el señor Cho no se enterara de lo que estaba sucediendo o su hijo menor sería la última de sus preocupaciones luego de que supiera que su hombre de confianza había hecho todo menos su trabajo con su hijo.

Drabbles YehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora