Drabbles Yehyun

{Color: amarillo} Rutina

No debería quejarse, muchas personas deseaban estar cerca de su pareja todo el tiempo, pero en realidad era agotador, especialmente si esa "pareja" se trataba de un hombre llamado Jonghoon manipulador Kim, una persona necesitada de afecto y de satisfacción en la cama.

–Deja de sonreír tan temprano en la mañana, es aterrador –murmuró mientras tomaba otra posición y abrazaba su almohada para seguir durmiendo.

–Vamos Kyu, solo una vez.

–No quiero.

–Te hará bien.

–Claro, como esa ocasión en que dijiste que me haría bien y me destrozaste el culo, ah, cierto, eso fue anoche –vociferó contra la almohada.

–Estás exagerando, solo lo hicimos un par de veces porque no habíamos tenido tiempo por el trabajo y yo claramente recuerdo que lo disfrutaste.

–Solo estaba confundido.

–Entonces, ¿no saldrás conmigo? –suspiró–. Otros ni siquiera involucran a su pareja y yo que quiero hacerlo... bien, iré solo y usaré el traje deportivo que tanto le gusta a Kyuhyun.

Y aunque salir a trotar en la mañana era más una pesadilla que una opción para mantenerse saludable, recordaba con claridad el traje que mencionara Jonghoon, uno que tenía tela elastizada que remarcaba ciertas zonas de manera preocupante y que le había pedido en una ocasión no usara en público temiendo que las autoridades le buscaran por exhibicionismo.

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Kyuhyun se sentía jadeante, sediento y cansado mientras intentaba seguirle patéticamente el paso al pelinegro, pero desde hace varios minutos se había quedado algo atrás, él ejercicio y él tenían una mala relación y recordó en esa mañana porque no le agradaba; sudaba como cerdo, se sofocaba y su cuerpo parecía tener calambres en lugares que no se suponía debían tenerlos.

–Ya no puedo más –dijo luego de que se sentaran en una banca del parque para tomar un respiro.

Jonghoon vio al más joven con el cabello pegado a su rostro por el sudor y sus mejillas rosadas por trotar y sonrió.

–Podemos caminar...

–No hyung, ni siquiera quiero caminar, estoy agotado.

–Podemos ir a casa entonces, ¿sabes?, yo podría cargarte.

–Hyung, no soy un bebé.

–No dije que lo fueras, pero como estás cansado, pensé que...

–Solo es uno de tus trucos, sabía que algo extraño pasaba cuando quisiste trotar de la nada –dijo–. Puedo pagar un taxi para regresar a casa –aseguró y cuando buscó su billetera en su pants no la encontró–. ¡Hyung!

–Tienes agua y estamos cerca de casa, no pensé que fueras a necesitar efectivo cuando ejercitabas –dijo fingiendo inocencia.

Kyuhyun bufó y trató de ocultar su rostro debido a la vergüenza mientras Jonghoon le llevaba en su espalda, él de verdad no había querido, pero luego de que el mayor insistiera en cargarlo como princesa y que iba a quedarse ahí todo el día después de hacer el teatro de hombre sufrido si no lo permitía, tuvo que ceder -claro que no porque quisiera, sino para evitar armar un drama en el parque-.

–Ah, Kyu es tan adorable –canturreó con una sonrisa cuando llegaban a casa–. Tanto que podría comérmelo a besos.

Trató de huir apenas la puerta del frente fue abierta, pero antes de llegar demasiado lejos, Jonghoon tiró de él y lo próximo que supo fue que no podía respirar bien debido a su boca demandante contra la suya; el pelinegro le levantó obligándole a enredar sus piernas alrededor de sus caderas y supo dos cosas en ese momento, uno, que no podía huir y dos, que su culo le mataría a esa hora mañana, de nuevo. ¿Por qué tenía que tener un novio así?