Linternas

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"Las luces del cielo duermen en la tierra cada noche para iluminar los corazones perdidos de las personas que desconocen el propio camino de su vida"Se mueve en silencio entre la oscuridad y sus pies se deslizan por el suelo como el murmullo de lo...

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"Las luces del cielo duermen en la tierra cada noche para iluminar los corazones perdidos de las personas que desconocen el propio camino de su vida"


Se mueve en silencio entre la oscuridad y sus pies se deslizan por el suelo como el murmullo de los árboles en la noche.

-¿A dónde piensa que va a tan altas horas de la noche su alteza?- se escuchó y solo cerró los ojos diciendo una pequeña queja en silencio al saberse atrapado.

-Solo iba a tomar algo de aire fresco, me sentía un poco mareado- mintió.

-¿Necesita que llame al médico real?- preguntó preocupado de que el príncipe estuviera enfermo.

-No, no es necesario- se apresuró a decir –solo daré un paseo por la parte del palacio cercano al pabellón de la Gran Reina-

-No es conveniente que camine por la noche, debería descansar. Puedo pedirle a la cocinera que le prepare un té que le ayude a sentirse mejor si me permite-

-En realidad...-

-Ya sé que va a ver las luces joven príncipe, solo esperaba que lo confesara... he estado demasiado tiempo en el Palacio Real como para darme cuenta de que no es la primera vez que escapa a hurtadillas por la noche- dijo y el menor suspiró, al parecer no podía engañar al sirviente mayor.

-Será solo por un momento- intentó persuadirlo, no quería que eso se supiera porque tendría problemas, principalmente con su padre.

Se subió sobre un par de ramas que abrazaban uno de los muros a pesar de la preocupación del mayor y sonrió cuando pudo ver un par de pequeñitas luces flotar en un lago a lo lejos.

-¿Sabe por qué aparecen esas luces?- pregunta mientras recarga su barbilla sobre sus brazos y mira con una pequeña sonrisa aquellos puntitos resaltando en la oscuridad.

-Las personas dicen que son espíritus joven príncipe, debería evitar mirarlos demasiado-

-¿Cree en esas cosas?- cuestiona y aunque sabe que las luces no son debido a ninguna festividad, no cree que puedan estar relacionadas con las historias que cuentan para asustar a los niños o exagerar situaciones para asombrar a los forasteros.

-Que no pueda ver algo no significa que no exista su alteza, los monjes dicen que incluso el viento tiene vida- responde.

-Me gustaría saber por qué salen todas las noches...- murmuró viendo como poco a poco comenzaban a desvanecerse como siempre hasta que la oscuridad volvía a reinar de nuevo.

Recordaba que una noche mientras caminaba para pensar un poco, descubrió aquel escenario y desde entonces le gustaba mirar porque a pesar de que había pensado que se trataba de algo que solo había ocurrido esa noche, la realidad era que siempre a la misma hora un par de puntos flotantes se deslizaban por el lago hasta que se esfumaban como si nunca hubieran estado ahí. Más de una vez había intentado averiguar algo al respecto pero nadie supo de qué les hablaba y aunque en el día se había acercado al lugar no había notado nada fuera de lo normal.

Al día siguiente al caer la noche fingió dormir hasta que estuvo seguro de que los sirvientes no notarían que caminaba en su habitación y usó los caminos que había descubierto en sus escapes de sus obligaciones cuando se cansaba de estudiar los libros reales que debía memorizar como una de sus tareas diarias para el día que llegara a gobernar.

-¿Hay alguien ahí?- preguntó. Se había movido por el camino buscando no llamar la atención y aunque le hubiera gustado tomar su caballo sabía que las cosas se complicarían para salir del palacio, por lo que había tenido que prescindir de ello.

Nadie respondió pero mientras miraba alrededor una pequeña luz llamó su atención y pronto vio otras aparecer flotando en el agua y fue entonces que notó que se trataban de pequeñas velas flotando en platitos de madera cual flores de loto.

Sus pies comenzaron a moverse rodeando el agua sin perder de vista el lugar del que parecían provenir las velas y se detuvo cuando vio a un joven castaño de rodillas dejando un par de ellas en el agua.

-¿Quién eres?- preguntó y notó que el extraño pareció sorprenderse al escucharlo.

Se irguió dejando que las mangas de su kimono se deslizaran por su piel y volteó a mirarlo –tardaste mucho en venir a verme... príncipe- siempre había tenido la esperanza de que se encontraran por una coincidencia planeada para que nadie sospechara.

El moreno sintió su corazón detenerse y comenzó a andar antes de darse cuenta dejando que su cuerpo chocara con el del más alto al tiempo que sus manos tomaban sus mejillas para atraerle para tomar sus labios con ansias.

-Dijiste que te gustaban las linternas...- susurró contra sus labios sin poner distancia, sintiendo el aliento del mayor junto al suyo.

-¿Por qué te fuiste sin antes verme? Para cuando leí tu carta ya era demasiado tarde- le reprochó mirando como había cambiado en esos años de ausencia.

-Sabes tan bien el motivo como yo-

-No me importa- le dijo mirándolo a los ojos –yo...-

-Serás el rey y tendrás tu reina- le interrumpió y bajó la mirada –el pueblo esperará un hijo tuyo-

-Un hijo que yo no deseo tener con alguien a quien nunca amaré- acarició su mejilla y le miró con melancolía al encontrarse con sus ojos marrones, esos que recordaba y que no había podido borrar de sus pensamientos hasta ese día –si vuelves a irte... promete que será conmigo-

-Jong...- calló al ver su expresión y sonrió con tristeza al no saber qué más hacer hasta que sus párpados bajaron al notar al mayor acercar su rostro lentamente al suyo.

"Sigues siendo el más racional de los dos y yo aún sigo fantaseando con una vida que sea opuesta a la que tengo... solo por una vez olvida quien soy e imagina que no hay consecuencias, ya sufrí demasiado al perderte una vez como para verte marcharte de nuevo" 

Drabbles YehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora