Aquí iré recopilando pequeños escritos (drabbles) de Yesung x Kyuhyun.
*Notas: algunos escritos tienen segunda y tercera parte, por lo que la pondré en la misma sección o capítulo, en la parte de abajo para que cuando terminen de leer el del inicio...
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Uno a uno tus dedos presionan las teclas de un monocromático invisible dibujadas en mi piel y la melodía comienza a flotar como las notas de una canción que suena familiar.
Las yemas presionan y un nuevo sentimiento es manipulado con entera facilidad como si su cuerpo fuese un simple instrumento entre sus manos esperando su toque para revivir.
Sus labios enrojecen por culpa de su propio ser, gime y se arquea como la cuerda de un arpa entre las manos de un hombre que conoce los acordes de sobra, un hombre con experiencia en manejarle.
No encajaba, nunca había encajado en aquel lugar y quizás eso le sedujo como un oyente al descubrir una canción proveniente de algo sin vida y tan maravilloso al mismo tiempo, una razón que no necesita explicación alguna.
Le escucha tararear suavemente como si el sonido viniera de su pecho y siente su mirada nublarse mientras pierde el aliento un poco más cada vez y piensa que es injusto sentirse morir entre sus dedos como si fuera solo blanco y negro, como si no pudiera hacer nada salvo dejar que reescribiera una canción que creía conocer de antemano.
Se estremece ante la sensación de su aliento sobre su piel y se agita cuando siente las yemas deslizarse tocando un sinfín de llaves como si se tratara de su instrumento, ese que toca cada noche bajo la luz de un oscuro bar donde la seducción se trata nada más de aquella melodía embriagando sus sentidos.
El calor se agolpa en sus caderas sin darse cuenta mientras su mente se encuentra perdida entre la necesidad de consumir el aire que su pecho se rehúsa a retener y no olvidar aquellas caricias.
Sus labios se separan y su piel se sonroja al terminar la nota, cae como el último acorde y su respiración sonríe con triunfo al sentir todo aquel aire regresar mientras juguetea elevando y bajando su pecho sin ninguna clase de control. Sus manos se deslizan enredando sin darse cuenta la tela entre sus dedos y entonces es consciente del lugar en el que se encuentra.
Le ve sonreír y no tiene ni siquiera la capacidad para que su aliento le ayude a emitir palabra alguna –piano- le susurra a modo de juego luego de inclinarse sobre su cuerpo desnudo y siente las telas de su ropa acariciarle sin proponérselo mientras sus hebras oscuras acarician su frente y sus ojos del mismo tono observan sus labios. Un dedo presiona su labio inferior y guarda silencio hasta sentir un ligero toque que apenas le ha dado calor a sus labios, pero que ha sido suficiente para desearle de nuevo –no esta noche, aún no...- murmura alejándose de su cuerpo antes de acomodar sus ropas negras y aquel único blanco que resalta bajo su saco proveniente de una camisa.
Uno a uno sus dedos presionan las teclas de un monocromático invisible dibujadas en su piel y la melodía comienza a flotar mientras sus pensamientos se preguntan cuándo terminará la canción antes de que dejen de pertenecerle como todas esas ocasiones anteriores que ha caído presa de sus dedos de pianista.