Drabbles Yehyun

Sweet

Sus sensaciones afloran bajo las caricias de sus yemas al igual que hacen las flores al vislumbrar el sol; su piel de durazno despierta lentamente y el rosa tiñe gentilmente sus labios.

Dulce.

No necesita palabras para describir sus deseos porque sus ojos se los dicen, solo necesita el suave murmullo de su respiración y el oscuro marrón de sus ojos sobre él.

Tiene un aroma primaveral como si su juventud le hubiera impregnado de un perfume único y cuando su propia respiración aviva su piel, se ve intoxicado por él como un hombre que descubre una flor que nadie ha visto antes. Es dulce cual miel y él, es un adicto al néctar de su deseo, aquel que solo él puede saciar.

Su piel al igual que el cambio de las estaciones, va dejando el blanco atrás para permitir que el color agobie su desnudez. Le seduce como hacen las flores con las abejas y él responde a su invitación, tomando algo que solo él puede obtener; la dulzura de su corazón se derrama y él no puede evitar verter su deseo sobre su piel febril.

Es dulce cuando estrecha sus labios, cuando le mantiene cautivo bajo su piel y en especial cuando susurra que le ama con su último aliento como si el sol hubiera acabado con su frágil existencia esa tarde. Sonríe porque a dejado su perfume en él, porque su dulzura satura sus sentidos y él solo puede mirarle en silencio mientras sus cabellos marrones yacen desperdigados sobre las sábanas.

Le mira con suplica como las flores a las nubes pidiendo lluvia y entonces él, adicto a su dulzura, se inclina lo suficiente para sentir el calor de su aliento, el rosa quemando sus propios labios como el atardecer y cierra los ojos para pronunciar un suave murmullo donde dice que le ama, antes de que sus labios se unan una vez más, impidiendo que las palabras escapen en el viento como el susurro de las hojas.