One Shot Marvel

STEVE ROGERS.

Una vida aburrida en un mundo lleno de lunáticos era el colmo.

Caminaba entre las calles de nueva York, frente a la torre Stark y día con día anhelaba estar dentro de ella y sentir mi vida al menos un poco importante.

Estaba por cruzar la calle, cuando una camioneta negra se detuvo de golpe frente a mi, estaba por salir corriendo pero varios hombres con trajes antibalas bajaron del auto, me apuntaban con sus armas, quería llorar, estaba asustada.

Los hombres me rodearon, los puntos rojos estaban por todo mi cuerpo, estaban por disparar.

—¡Las manos arriba, de rodillas! — Me grito uno, lentamente hice lo que dijo, quería llorar.

—Vamos, yo no he hecho...

—¡Cállate!

—Sólo déjenme ir...—Un hombre me golpeó fuertemente con su arma, caí al suelo con un grito, mi vista se ponía borrosa, lo único que podía ver eran los innumerables pisos de la Torre Stark.

Un disco de color, quizá rojo, cruzó frente a mi, yo estaba casi perdiendo la consciencia, comencé a cerrar los ojos, hasta que sentí que alguien me cargo, mi cabeza colgaba, voltear a ver quien me llevaba, pero mi vista estaba tan borrosa que sólo podía ver una mancha dorada.

~~~~~~~™

—¿Está despertando?

Se escuchaban muchos murmullos lejanos.

—¿Seguro eran de H.Y.D.R.A?

—Yo mismo los enfrente y la traje acá.

—Banner traerá los resultados.

Comencé a abrir los ojos, muchas personas estaban a mi alrededor, Di un respingo en mi lugar, un rayo cruzó el cuarto... de mi mano.

Salte de la impresión, los Vengadores me miraban sorprendidos, Thor ''El Dios nórdico'' me sonreía feliz.

—¡Tengo los re...—El doctor Banner ''Hulk'' entro corriendo, cuando vio el desastre de mi rayo —...sultados...

—¿Y podría decirme cuáles son? —Pregunte para llamar la atención de todos.

—¿Cuál es tu nombre? —Preguntó Thor

—Freyja...—Esté sonrió.

—Pues, no tienes un tipo de sangre muy común... —Dijo el doctor Bannee, Thor le arrebató los papeles.

—¡Ella es Asgardiana! — Grito el grandulon de forma alegre.

—Eso no es lo mejor de todo— Dijo Banner recuperando sus papeles, los que enseguida le quitó el Capitán América.

—Es tu hija— Todos voltearon a verme, Thor tenía la boca en el piso.

—Tienes los ojos de Sif... —Agache la mirada al recordar a madre.

—Hola, padre...

****
5 meses después

Papá aceptó muy bien que era su hija, me llevó muchas veces a Asgard y conocí a tío Loki, quien era increíble, ayer papá y mi tío se fueron a Asgard por algo del trono y del abuelo Odin. No entendía nada.

Papá me dejó ''encargada'' con Steve Rogers, quien me dejó quedarme en su casa sin problemas.

Por la noche hacía un calor infernal, no tuve problema en dormir en ropa interior, el problema fue que, al despertar, lo había olvidado.

— Buen día, Steve— Bostece mientras entraba en la cocina.

—¿Como dormiste...—,volteó a verme y en seguida me volvió a dar la espalda. — ¿Freyja?

—¿Si? —Entonces me miré, estaba en completa ropa interior, enseguida me cubría con mis manos.

Steve se quitó su playera, quedando en una musculosa blanca y me la tendió. Enseguida me la puse, sintiéndome avergonzada.

—Lamentó eso— Finalmente volteó y me sirvió el desayuno con una sonrisa.

—Eres una mujer hermosa, Freyja...—Enseguida se puso de color carmín, dándose cuenta de lo que acababa de decirme. —No...Bueno...yo...no es eso... Bueno si...

Me paré de mi lugar y me acerque a Steve, quien enseguida se puso aún más rojo.

—Tú también eres muy atractivo Steven... —Nuestra cercanía lo ponía tan nervioso que dejó caer el vaso de agua que sujetaba, pero a ninguno le importó.

—Frey... yo... — No resistí más y lo besé, dejando que olvidará todo y nuestros sentidos Se durmieran en presencia del otro.

Paso un rato, Steve sujetaba mi cintura mientras yo me sujetaba de su cuello, la respiración comenzaba a faltarme, no había mejor sensación que la de sus labios.

—¿No crees que tu padre se enoje? —Ambos brincamos, separandonos abruptamente del otro.

Giré a la puerta, donde el tío Loki estaba parado, con una cara pintada de rojo y una sonrisa soncarrona.

—Yoooo...

—Y en cima de todo, tienes sólo puesta su ropa... — Steve se disculpó y se fue a una habitación para dejarnos solos.

—¿No crees que ya estoy grande? — Levante una ceja, su rostro se volvió más rojo, su sonrisa se ensancho.

—Quizá Thor no piense lo mismo...

—¿Y tú? —El negó con la cabeza.

—Lo que pudo haber entre —Nos señaló indicando un ''Tu y yo'' —Jamás pasará y que estés con Steve... —Suspiró con pesar — Está bien si te hace feliz.

—Gracias, tío Loki— Sonreí y lo abracé con fuerza.

Regrese a mi habitación, me cambié tan rápido como pude, al salir de la habitación Steve me esperaba en la sala.

—Freyja... yo....—Steve se acariciaba la cabeza con nerviosismo.

—No digas nada... — Me acerque el y coloque mis manos sobre su cara, sentándose sobre sus piernas con ternura.

Me acerque a el y lo besé dulcemente, al separarme hubo un silencio, ampliamente agradable, sus mejillas estaban rojizas, sonreía con ternura y lo volví a besar.

Desde que había encontrado a mi padre, Steve había llamado mi atención como nadie más, aún bajo los constantes coqueteos de Pietro, Steve era el hombre que veía y quería ver el resto de mis días.

Afuera empezó a llover, los truenos caían con rudeza, indicando que Papá había regresado, Steve en seguida me separó de su lado.

—¿Steve...? — Esté me miraba, sonrojado

—Esto... Tu padre...

—¡Steven Grant Rogers! —El me miró sorprendido —¿A caso tu no quieres esto como yo?

—¡Si! Claro que quiero, pero tu padre...y Loki... y....y...

—Y aquí está Loki.

Estaba ahí parado, con su daga en mano y su traje con inmensos cuernos, miraba a Steve de forma amenazante. Por un momento temí por ambos.

—Tío Loki, ¿Que hace...

—¡No soy tu tío! —Me quedé callada, Steve y yo nos miramos asombrados, él me protegía detrás de si.—Y vengo por mi diosa de la belleza.

Steve me sujeto con firmeza.

—No te llevarás a la única persona por la cuál mi vida tiene sentido.— Miré entretenida a Steve, añoraba estar con él.

—Qué bueno que tu vida está por acabar.

Loki se acercaba a nosotros, mi corazón estaba acelerado y sin mi espada, no podría hacer nada.

Es que todo había pasado tan rápido.

»»»»»»»»

Segunda parte por publicar